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Oferta laboral: dirigir la Bienal 2014

El mayor festival flamenco del mundo busca timonel para su próxima edición. ¿Cuál es el perfil idóneo para ese puesto?

el 24 mar 2013 / 21:06 h.

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El cese de Rosalía Gómez al frente de la Bienal de Flamenco, anunciado el pasado mes de diciembre, deja vacante la dirección del mayor festival de flamenco del mundo. Un puesto con el que muchos, secreta o calladamente, sueñan, pero que también intimida a todos por la envergadura de la empresa, el alto listón de exigencia, la presión política y la abrumadora exposición a las críticas, capaces de desquiciar los nervios más templados. Arranca la Bienal 2012.Lo cierto es que, aunque el tiempo parezca correr en favor de las finanzas municipales –un sueldo que se ahorran–, un evento con un tirón turístico tan irresistible debe empezar a programarse y anunciarse cuanto antes. Son muchos los nombres que se barajan en los mentideros flamencos, pero a día de hoy sigue sin haber un candidato, o candidata, en firme. El nombre que más suena entre los ficionados es el de Manuel Macías (Villanueva del Ariscal, 53 años), quien ya demostrara sobrada capacidad para asumir retos como el Primer Festival Nórdico de Flamenco de 2005. Subdirector de Turismo Andaluz, impulsor del Turismo de flamenco y muy cercano a la estructura de la Bienal, sólo tiene un pero: ya ha sido tocado para el cargo con anterioridad, y no se mostró receptivo. ¿Habrá tenido tiempo de reconsiderar su postura? Un perfil parecido es el de Javier Puga (Granada, 1947), conocido por haber impulsado el festival de Mont-de-Marsan, en Francia, hasta el punto de –según algunos– echarle la pata a la gran cita sevillana. Aunque descubrió el flamenco mientras estudiaba Arquitectura en Sevilla, su desvinculación de la ciudad en los últimos años podría ser un impedimento para considerarlo idóneo. Lo mismo puede decirse del cordobés Miguel Marín, cuya gran labor al frente del Festival flamenco de Nueva York no pasa desapercibido para nadie. También tiene experiencia en el campo de la gestión el cantaor Calixto Sánchez (Mairena del Alcor, 1947), quien además de ganarse el respeto del mundo del arte desde los escenarios también lo hizo desde la dirección del Centro Andaluz de Flamenco. ¿Estaría preparado para asumir un desafío como la Bienal? Hay quien cree que sí, pero a las dudas sobre su estado de salud se le suma su conocida cercanía con el PSOE, que le alejaría de las simpatías de un Ayuntamiento popular. También ha llegado a figurar en algunos pronósticos, si bien es cierto que con escasa fuerza, el nombre de Jose María Velázquez-Gaztelu (Cádiz, 1942), gran divulgador del flamenco, conocido por su memorable trabajo en series como Rito y geografía del cante en TVE o Nuestro flamenco en RNE. Visión y sabiduría no le faltarían, desde luego, aunque cuesta más imaginarse al poeta peleándose con los números y las burocracias propias de una Bienal. Y aunque no faltan las voces que apuestan a que la vacante de Rosalía Gómez sólo posee una certeza, y es que será indefectiblemente masculina, algunas quinielas insisten en defender el female touch como manera de impulsar la Bienal de una vez por todas. En este aspecto, un año tras otro suenan dos nombres sobradamente conocidos en los predios flamencos. Uno es el de Isamay Benavente, quien puede presumir de los buenos resultados de su gestión al frente del Festival de Jerez primero y luego del Teatro Villamarta de la misma ciudad gaditana. El problema en este caso sería, como en el de Puga, su distancia de Sevilla y su posible resistencia a meterse en un berenjenal como el que nos ocupa. El otro nombre que suena con insistencia es el de Cristina Cruces (Sevilla, 1965), estudiosa del flamenco, doctora en Geografía e Historia y profesora Titular de Antropología Social de la Universidad de Sevilla. Su currículum como divulgadora de lo jondo sería un buen aval, aunque carece de experiencia en gestión de eventos. Hay quien señala también como un obstáculo insalvable la incompatibilidad de dirigir una Bienal con su puesto como miembro del Consejo Audiovisual de Andalucía. Otra Cristina, Hoyos, ha sonado también como posible directora, avalada por la proyección internacional de su compañía. Una vez más, su cercanía con el PSOE sería el impedimento más notable. Por último, cada vez que se hacen cábalas sobre quién podría hacer de la Bienal el gran acontecimiento que toda Sevilla desea, resulta inevitable mirar hacia la tribuna de prensa. Aquí también hay dos nombres con posibilidades: Manuel Martín Martín (Écija, 1952), autor de numerosos libros, crítico de el Mundo y hoy jubilado como profesor, quien según los entendidos sólo tendría el inconveniente de sus detractores dentro de la profesión artística; y de nuevo una mujer, Marta Carrasco, como Rosalía Gómez experta en danza y con un largo currículum tanto periodístico como en el funcionamiento de la administración en diversas ramas, incluyendo un estrecho vínculo con la Bienal. ¿Será la hora de un gran agente flamenco, como Antonio Montoya? ¿O del primer director de Bienal gitano, con un más que solvente Miguel Ángel Vargas? Las posibilidades están abiertas. tampoco se descarta la configuración de una dirección colegiada, o la eventual imposición de un perfil puramente gestor, sin vinculación al flamenco, que podría verse asistido por un consejo técnico. Lo único en lo que los artistas y aficionados coinciden es en un clamor: lo que sea, que sea cuanto antes.

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