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“Ofrecemos torear en importantes plazas y aprender con los maestros”

Rafael Peralta Revuelta, socio fundador del Club de Aficionados Prácticos Taurinos

el 17 ago 2013 / 23:00 h.

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Rafael Peralta, Ignacio Moreno de Terry, Julián López El Juli y Eduardo Dávila Miura. Rafael Peralta, Ignacio Moreno de Terry, Julián López El Juli y Eduardo Dávila Miura. Poeta, escritor, conferenciante, pregonero... pero ante todo emprendedor en el concepto más amplio. Con experiencia en proyectos de marketing on line, ha sido socio de empresas de desarrollo web, participa en empresas familiares (ganadería brava y de caballos, cultivos de arroz y sector turístico en la finca Rancho El Rocío, de La Puebla del Río) y colabora con Vidot, una nueva firma que pone en valor la piel del toro de lidia. Rafael Peralta (Sevilla, 1977), licenciado en Derecho, es hijo del rejoneador del que hereda nombre. –¿Cuándo se da cuenta de que hay gente que quiere dejar de ver los toros desde la barrera…? –Hace algo más de dos años, cuando hablando con un amigo, Ignacio Moreno de Terry, decidimos poner en marcha un proyecto que acercara los valores de la tauromaquia al gran público, es decir, que pudieran bajar del tendido hasta el ruedo para hacer de la práctica del toreo una actividad de ocio como cualquier otro deporte. –¿…Y de que detrás de ese interés hay negocio? –A partir de entonces, junto con el torero Eduardo Dávila Miura decidimos poner en marcha un proyecto global. Al principio, nos constituimos como asociación, pero, a falta de ayudas, decidimos ser emprendedores. Y en ello estamos. El negocio existe, aunque es relativo, pues es época de posicionarse más de cara al futuro.  –¿Qué es lo que ofrece el Club de Aficionados Prácticos? –Se trata de un foro abierto, donde tratamos de acercar el toreo desde un perfil educativo y multidisciplinar. Realizamos un circuito de seis cursos por distintas plazas de toros del país con un calendario. Los participantes tienen la oportunidad de torear de salón en plazas de toros importantes y aprender de la mano de los grandes maestros del toreo. También estamos desarrollando paralelamente una importante labor de acción social de manera desinteresada en colegios, asilos, en la cárcel o en ciudades como Milán, Nueva York o Chicago.  –¿Qué es lo que buscan los aficionados cuando se acercan al club: sensaciones, conocer la trastienda del mundo taurino…? –Pues, de alguna manera, acercarse a los secretos del toreo, iniciarse o perfeccionar la técnica del arte de torear, entrar en contacto con otros aficionados que comparten esa misma pasión y tener la oportunidad de torear en ganaderías de máximo prestigio.  –¿Cuál es el perfil del cliente? –El perfil es muy amplio y variado, con edades comprendidas desde los 18 años hasta los 70. Hemos tenido participantes de casi veinte nacionalidades, muchos de países no taurinos como Suiza, Bélgica, Italia, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Rusia, la India o el Líbano. –¿Cuándo se ponen en marcha los cursos? ¿Qué balance hace? –Se ponen en marcha a principios de año. A partir de ahí, a través de nuestra página web www.clubaficionadospracticos.es y por medio de las redes sociales, vamos ofertando cursos y tentaderos. La respuesta ha sido espectacular. Estamos sorprendidos con el interés que ha despertado esta iniciativa, pues llevamos casi 20 cursos con unos 700 participantes. A partir de ahí, también se han interesado algunas universidades, como la UIMP, y ya hemos colaborado en la organización de un curso anual, con una alta participación de alumnos extranjeros.  –¿Había algo parecido o era éste un terreno inexplorado? –En esto sí podemos decir que somos pioneros. Hasta nosotros, nadie había realizado algo similar. Poder torear en plazas como Albacete, Pamplona, El Puerto de Santa María, Espartinas o en Olivenza y escuchar los consejos de toreros como Curro Romero, El Fundi, El Cid, Perera o El Juli, poder torear en ganaderías como Juan Pedro Domecq o Núñez del Cuvillo era algo que no se había hecho anteriormente. Y, gracias al Club de Aficionados Prácticos, hoy día es una realidad.  –¿Qué da más miedo, un toro o pelearse con los números, el papeleo, los bancos…? –Pues yo creo que en su ámbito, los dos dan miedo. Al toro, siempre hay que tenerle un respeto enorme. Y, en cuanto a los números, son tiempos de trabajar mucho y ganar menos, pero con ganas y con ilusión las cosas acaban saliendo positivamente. –Ahora han puesto el acento en los directivos. ¿Con qué objetivo? –Efectivamente, estamos desarrollando toda la estrategia de una nueva marca para hacer del toreo una herramienta de team building, de liderazgo y construcción de equipos y potenciar valores como la superación, las habilidades, toma de decisiones y solidaridad, en un paralelismo entre el mundo del toro y el de la empresa.  –¿Qué momento está atravesando la Fiesta? La polémica en Cataluña, cerrar las corridas para niños… ¿Ha avivado la corriente de defensa de la misma? –Es cierto que la Fiesta pasa por cambios y está sufriendo ataques, sobre todo, cuando tratan de identificarla con las señas de identidad de una cultura o país. Pero creo que con nuevas iniciativas, todavía hay mucho que decir. Pienso que hay afición y quedan toros para rato.  – Hace no mucho leí que se había creado una red social enfocada al mundo del toro. ¿Por qué este auge? –Sí, efectivamente, conozco en concreto hasta tres redes sociales netamente taurinas y muchas tiendas especializadas en productos taurinos o vinculados con el mundo del toreo. El toro es símbolo de nuestras señas. Y el toro, dentro y fuera de España, vende. Es indudable.  –¿Cuál ha sido el impacto de la crisis sobre la afición taurina? –Lógicamente el sector taurino se ha visto afectado como cualquier otra actividad empresarial. Se han reducido en un alto número los festejos, pero cuando el cartel tiene atractivo el público responde.   –¿El mejor consejo que le hayan dado a la hora de emprender? –Creo que el mejor consejo es intentarlo, aunque uno se equivoque. Pues de ese error, muchas veces, puede surgir después el éxito. H

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