Las protestas por el desalojo de Casas Viejas han abandonado el centro para trasladarse casi fuera de la ciudad. Ayer el Puente del Quinto Centenario amanecía con una pancarta en favor del centro social y con dos okupas encaramados en una de las pasarelas que unen los pilares.
Un elemento ajeno a la estética del Puente del Quinto Centenario corona desde ayer el punto más alto de la ciudad, situado a 120 metros sobre el río. Desde varios kilómetros se podía ver como ondeaba una pancarta en la que, ya más próximo al puente, se podía leer Casas Viejas resiste.
Mientras gran parte de la ciudad dormía, dos okupas, ayudados por más personas, escalaron por uno de los pilares del puente hasta llegar a la pasarela más próxima al Puerto y al Aljarafe, donde se han establecido con víveres y material de alta montaña, dispuestos a pasar los días que sean necesarios para se conozca su protesta: exigen la retirada de los cargos a los dos okupas que fueron detenidos tras ser rescatados del zulo en el que permanecieron 36 horas encadenados, así como a cuatro activistas más y a varias personas que participaron en una concentración protesta.
Según explicó un portavoz del colectivo y artífice de la operación, Kiko, "son escaladores profesionales" que cuentan con "víveres para unos cinco días". El activista explicó que los jóvenes, que rondan los 30 años, subieron por el pilar más próximo al Aljarafe donde se encuentra un ascensor que sube hasta la plataforma, pero que está inutilizado. En la escalada participaron "varias personas" porque tuvieron que subier material pesado, "como ropas y equipos de alta montaña contra el frío", agua y víveres. Para ello, comenzaron la escalada de madrugada, "aprovechando que a esa hora no hay prácticamente tráfico en el puente".
