Local

"Oleada" de robos en lápidas del cementerio de San Fernando

La dirección ha presentado ya varias denuncias ante la multiplicación de los partes de sustracciones y destrozos en el camposanto

el 17 sep 2012 / 19:34 h.

TAGS:

-->-->-->

Ya no buscan oro, ni valiosos vasos canopeos ni otras joyas del ajuar funerario, como en el Egipto de los faraones. Los ladrones de tumbas han puesto ahora sus ojos en los accesorios y complementos de valor de algunas lápidas, caso de los jarrones de bronce y las efigies de Jesús, la Virgen María y otros santos que embellecen los nichos, una práctica tan reprobable como "dolorosa" para los familiares de los fallecidos e "inusual" hasta ahora entre las funerarias sevillanas. El cementerio de San Fernando no es ajeno a la oleada de robos que asola desde hace algún tiempo a varios camposantos de la provincia. "Desde hace un par de meses", reconocían ayer varios empleados, el cementerio sevillano padece también los desagradables efectos de estos hurtos que rozan casi lo sacrílego. De hecho, en los últimos días se han presentado tanto ante la Policía Local como Nacional sendas denuncias por la sustracción de diversos jarrones, figuras de santos y otros elementos decorativos, así como por el destrozo de varios nichos y lápidas.

Un Gran Poder del que sólo queda su silueta grabada en la piedra y unos tornillos retorcidos sobresaliendo del mármol. Un Sagrado Corazón de Jesús hecho añicos sobre una lápida una vez comprobado que era una simple efigie de marmolina bañada en apariencia de bronce. Esquelas incompletas... Un simple paseo entre cipreses basta para comprobar que se cuentan por decenas las tumbas que han sido esquilmadas por los amigos de lo ajeno o han sufrido daños irreparables como consecuencia de la acción de los ladrones. Incluso en algunas de las lápidas se han llevado las letras en bronce que componían la última esquela del finado.

Los ladrones buscan entre las tumbas elementos ornamentales de bronce, cobre y hierro que luego puedan vender a chatarrerías para su fundición. Alejandro, de la firma Mármoles Hermanos Navarro, explicaba ayer a este periódico que el precio de venta al público de un jarrón floral en bronce -elemento considerado un extra en el paquete básico de lápida que ofrecen las funerarias y que, por tanto, el cliente debe pagar aparte- suele oscilar entre 50 y 70 euros, si bien hay algunos de fabricación italiana que pueden superar los 100 euros, mientras que una imagen ornamental del Señor del Gran Poder, de la Virgen del Rocío o de la Virgen del Carmen en el mismo material ronda los 80 euros.

En el cementerio de San Fernando se extrañaban ayer de que esta "oleada" de robos no hubiera saltado antes a la prensa. Durante los dos últimos meses se han multiplicado los partes de los vigilantes del cementerio dando cuenta de estos robos en las lápidas, partes que luego son notificados a los familiares afectados. Incluso este verano se han enfrentado a un caso que "no se había dado nunca": el asalto, tras romper un cristal de seguridad, de la garita de portería situada en el acceso de San Jerónimo para robar "ocho o diez escaleras de aluminio para el público y un televisor", hecho que también ha sido denunciado a la Policía.

Durante las últimas semanas, han sido varios los usuarios del cementerio, visitantes asiduos, que han visto cómo varios "chavales" saltaban a plena luz del día el murete más cercano al asentamiento del Vacie para luego perderse a toda prisa entre las tumbas. Según fuentes del cementerio, la Policía llegó a instalar cámaras en la zona y descubrió que se trataba de menores de edad. Las mismas fuentes precisan que la Policía Nacional, a raíz de esta ola de robos, se ha comprometido a realizar una mayor vigilancia del perímetro del cementerio. "El problema mayor es por las noches, dado que en este recinto no hay vallas ni alumbrado interior, por lo que aunque tú metas un coche de vigilancia aquí resulta muy fácil escabullirse". Sólo la "desesperación", dicen, puede llevar a alguien a robar en un recinto que se tiene por "sagrado".

Vigilancia reducida a la mitad. Entre porteros y vigilantes deberían sumar 14 personas, pero en la actualidad sólo siete empleados se encargan de la vigilancia del cementerio de San Fernando. Un fallecimiento, varias bajas por enfermedad y alguna que otra jubilación han provocado que el personal encargado de la seguridad del recinto se haya reducido actualmente a la mitad. Fuentes del camposanto explicaron que el cementerio “no responde de estos robos”, sino que se limita a notificar las sustracciones a los familiares afectados, a los que invita a su vez a denunciar los hechos a la Policía. “Es como el que aparca el coche en un parking privado, que no se responsabiliza de los daños”.

  • 1