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Oliver intenta tranquilizar a la plantilla

Luis Oliver acudió ayer a la ciudad deportiva para explicar a los jugadores que si el Betis recurre a la ley concursal es para proteger sus salarios. El plantel no quedó precisamente satisfecho al cien por cien.

el 27 ago 2010 / 21:35 h.

Luis Oliver, en una comparecencia ante la prensa.
El Betis decidió el miércoles que su muy preocupante situación económica no admitía más salida que la presentación de la correspondiente solicitud legal para llegar al concurso de acreedores, antes conocido como suspensión de pagos, y la medida provocó el consecuente impacto dentro de la plantilla. De buenas a primeras, los futbolistas se encontraron con que ya no tenían la certeza de cobrar todo lo que está estipulado en sus contratos y esa preocupación, como es natural, llegó a las altas instancias. Y quien ahora mismo manda en el club verdiblanco, que no es otro que Luis Oliver, se pasó ayer por la mañana por la ciudad deportiva para intentar explicar a la plantilla que uno de los principales objetivos de acogerse a la ley concursal es precisamente salvaguardar los salarios de los jugadores. Los profesionales, de hecho, forman uno de los grupos de acreedores más importantes, por detrás de Hacienda pero aproximadamente al nivel de los bancos y los proveedores del club.

Que Oliver convenciese o no a los futbolistas está en cada uno. A la salida del encuentro, uno de ellos dejaba una frase muy significativa: "La situación está jodida. Aquí están haciendo una limpia que ya veremos". Muchos en el vestuario ya han empezado a buscar el asesoramiento de los especialistas en el tema, léase abogados o economistas, porque la sensación general es que no hay nada claro en el futuro de la entidad de Heliópolis. El propio Oliver les aseguró en El Portil que podían estar tranquilos porque el Betis no se plantearía bajo ningún concepto recurrir a la ley concursal y ahora ocurre todo lo contrario. Y entre tanta incertidumbre, mañana tienen que empezar la Liga.

Después de verse con el cuerpo técnico y la plantilla, Oliver atendió a los pocos medios que había a mediodía en la ciudad deportiva y bajo un calor casi insoportable comentó que la reunión había ido "muy bien". "Es normal que los jugadores estuviesen intranquilos, el 5.3 [el artículo de la Ley Concursal al que aludió el consejo el miércoles] podía sonarles raro, pero se lo he explicado y ahora están muy tranquilos", afirmó.

Durante la reunión, el consejero deportivo también aclaró sus alusiones a la plantilla que fracasó en su intento de ascender a Primera. El empresario llegó a decir que era un grupo de "mercenarios jubilados", aunque no fue tan desahogado como para incluir entre ellos a los futbolistas que aún siguen en el Betis. "Los que no quisieron ascender ya no están aquí. Ahora hay una plantilla comprometida, con cojones y veinte millones más barata. El equipo que le ganó al Cagliari cobra 2,5 millones de euros, menos de lo que ganó Mehmet Aurelio el año pasado", puso como ejemplo.

Lo único que corrigió Oliver fue su referencia a Benito Villamarín, con quien tuvo el atrevimiento de compararse. "En eso me equivoqué. Es que digo tantas cosas...", se justificó.

GORDILLO LE RESPONDE.
Oliver también trató de forma escueta sus advertencias sobre el nulo poder que tienen los tres administradores elegidos por la jueza Mercedes Alaya para representar las acciones de Farusa. "Sólo son agentes judiciales y les damos los papeles por educación y simpatía, pero no estamos obligados por ley", reiteró. Sus críticas del día anterior, sin embargo, fueron rebatidas ayer por uno de ellos, Rafael Gordillo. "A mí me incluye, y yo le digo que en qué manos está ahora el Betis, porque yo no tengo su currículum. Que mida sus palabras y no ataque. Si no, tengo que responderle", lamentó el mito bético.

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