Luis Oliver, el 7 de julio.
Luis Oliver ha pasado de representar al accionista mayoritario del Betis a ser "un don nadie", pero aun así persiste en su idea de dirigir el club. El consejo de administración, afirma, lo apoya de forma "unánime" y tanto él como Ángel Vergara son consejeros porque entraron hace dos semanas por cooptación, es decir, ocupando las vacantes que dejaron Manuel Ruiz de Lopera y Farusa. Así piensan continuar. "En muchos consejos hay miembros que no son accionistas", justifica. Y además adelanta que la junta extraordinaria de accionistas prevista para el 20 de agosto no se celebrará y que la situación permanecerá igual hasta la junta ordinaria, en diciembre. Mientras tanto pide unidad, aunque al mismo tiempo asegura que el auto y la oposición han provocado "un daño terrible" al Betis. En primer lugar, en lo económico: "A ver qué banco te da un crédito con este auto", se pregunta. Y en segundo lugar, en lo deportivo: "Hay un delantero que esta mañana se ha negado a venir... Esto crea incertidumbre, los futbolistas son muy sensibles y no saben qué va a pasar con el Betis".El empresario navarro emprendió ayer una ronda por los periódicos de Sevilla para aclarar su postura después del auto de la jueza Alaya, que le dejó "en estado de shock" por su "dureza". De repente, Oliver y Bitton Sport se han visto sin las acciones que presuntamente compraron a Farusa. Sin embargo, su intención es "dar ejemplo y no meter un pleito a nadie, ni a Lopera ni a oposición". "Somos los grandes perjudicados porque hemos dado 14 millones en avales y otra cantidad importante [algo más de 2 millones], pero siempre que hay pleitos el perjudicado es el club. No hay que transmitir catastrofismo, no es lo mejor para subir a Primera, hay que cambiar el chip y yo tiendo la mano", explica Oliver, que sólo ha hablado "un minuto" con Lopera "para pedirle el número de su abogado".
Dice Oliver que la jueza, "con muy buen criterio", ha mandado que la gestión siga a cargo "del mismo consejo". "Llevo cinco meses planificando la temporada. Si viniera un administrador, mientras se entera o no ya estamos en Segunda B. El club no se puede parar; si se para, nos cargamos el Betis", expone. Además, cree que todas sus medidas "han sido aceptadas por el beticismo" porque son "cosas lógicas y normales". Y además no descarta otro giro del caso tras el recurso de Lopera: "Tengo poquitas acciones, pero lo que hoy es negro mañana es blanco".
40 MILLONES DE PÉRDIDA. Las metas de Oliver a partir de ahora son bajar el presupuesto a la mitad y dar salida a "entre siete y nueve jugadores", los de los salarios más altos. El déficit, de todas formas, ya está asegurado. "La jueza pide 25 millones a Lopera por su mala gestión en 18 años. El Betis pierde 40 millones por no haber ascendido. Por eso este juicio perjudica al Betis, porque 25 millones los pierde de aquí a Navidad. Lo más importante es subir, subir y subir", proclama el navarro, que ayer mismo se vio con el entrenador: "He almorzado en Madrid con Pepe Mel y el cuerpo técnico para tranquilizarles. Les he dicho que todo va a seguir igual, que algunos buenos jugadores no van a venir pero que lo harán otros de menor calidad aunque más implicados. Algún delantero nos va a fallar, pero quedará un equipo muy competitivo, aunque la incertidumbre va a pasar factura, seguro", repite. Los fichajes ya realizados no serán ningún problema: "La jueza no nos ha quitado el poder, todos los contratos son válidos", dice. Lo que no se plantea es bajar el sueldo a los que se queden: "Eso es más difícil que quitar un solomillo de la boca a un dóberman que lleva un mes sin comer. Ni lo voy a intentar".
En el aire queda una pregunta: ¿qué pensarán los demás miembros del consejo, algunos con un importante porcentaje del capital social, de que alguien sin poder accionarial dirija el Betis de la próxima temporada?
