Ni el cambio en el calendario del Pleno ordinario de ayer -que no se celebró el viernes porque el alcalde estaba en Rusia defendiendo la torre Pelli- evitó que las puertas del Ayuntamiento se llenasen, de nuevo, de protestas, sonoras y apestosas.
Usuarios y trabajadores de escuelas deportivas, bomberos con bocinas y petardos -delegados sindicales llegaron incluso a encerrarse hasta arrancarle al alcalde una reunión mañana- y trabajadores de Mercasevilla que arrojaron pescado y molusco podrido contra la liberalización de servicios que afecta a 100 de los 198 miembros de la plantilla, hicieron casi imposible el acceso al Consistorio. El hedor no llegó a la sala de Plenos, pero pasadas las 15.00 horas empezó a caldearse mucho el ambiente. IU proponía que Juan Ignacio Zoido pidiese disculpas a Francisco Manuel Silva, exedil de Juventud y Deportes de IU, tras la sentencia de la Audiencia Provincial que archiva definitivamente la causa en su contra tras las denuncias del PP por adjudicaciones en favor de una empresa gestionada por un familiar.
El edil Beltrán Pérez fue el encargado de contestar a IU y, lejos de pedir disculpas, exigió que sea la federación de izquierdas la que pida perdón "por tener a un concejal que iba a escándalo por día". Con la réplica de Pérez, la máquina del tiempo se puso en marcha y el Pleno volvió al anterior mandato. El popular recordó la pérdida de la cubierta de la Copa Davis, los viajes a Cuba, el impago del concierto de Maná, los conciertos en la Alameda... "Han traido lo más negro de su pasado como gobierno a este Pleno. Nos recuerdan cómo llevaron al Ayuntamiento a la ruina. ¿Tenemos que pedir perdón por Mercasevilla o la ruina de Sevilla Global?", ironizó Pérez que habló de "apaños" de Silva con su primo, de "vacaciones pagadas por el Ayuntamiento"...
Lejos de ese tono abrupto, áspero y violento del edil del PP, Antonio Rodrigo Torrijos, portavoz de IU, bromeó con que "hasta los Reyes piden ya perdón" y que Zoido tendría que tener la "gallardía y honestidad de reconocer que se equivocó". "¿Quién repara el daño? Hasta le insultaban por la calle", "me decepciona", "va a ir al infierno", le auguró al alcalde.
