La portavoz del PP-A en el Parlamento, Esperanza Oña, tiene una visión radicalmente distinta a la del presidente andaluz sobre lo que han sido sus primeros meses de gestión.
A su juicio, 2009 se recordará por el nombramiento de manera "poco clara" de Griñán al frente del Gobierno autonómico y por el "incumplimiento" del Estatuto de Autonomía y de la deuda histórica, tras su liquidación en solares.
En una entrevista concedida a Europa Press, en la que hizo un balance del año que acaba, Oña indicó que, como consecuencia de los problemas internos del PSOE-A, producidos por un ex presidente "que no acaba de irse" y por un nuevo presidente "que no acaba de aterrizar", hay en un Gobierno "dividido" entre los más afines a Chaves y los que lo son a Griñán, "lo que finalmente se traduce en una falta de acción del Ejecutivo".
A ello se suma, dijo, la "traición" cometida por al pueblo andaluz al aceptar el cobro de la deuda histórica en solares. "Ha sido un engaño con mayúsculas, premeditación, alevosía y no sabemos si nocturnidad".
Para la alcaldesa de Fuengirola, Griñán "no sólo ha quedado mal" por su "servilismo y obediencia" a Zapatero, sino porque él mismo "ha roto su palabra". Además, lamentó el "continuo rechazo y desprecio" a las propuestas para salir de la crisis formuladas por el PP.