Hace nueve meses, las lecciones de feminismo que la portavoz parlamentaria del PP, Esperanza Oña, esgrimió en su blog fueron muy polémicas. Decía que Zapatero había "utilizado" a sus ministras -Carme Chacón o Bibiana Aído- porque su imagen como mujer era más "vendible". Ayer sostuvo algo parecido. La alcaldesa de Fuengirola acusó al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, de "insultar" a las mujeres al referirse a una voz "suave y comprensiva" para ocupar la presidencia del PSOE andaluz. Oña se preguntó si Griñán hablaría en esos términos si estuviera pensando en un hombre para el puesto.
"Ya está bien de usar a la mujer de forma sutil para conseguir rentabilidad electoral", lamentó. Oña se mostró convencida de que si Micaela Navarro se convierte en la presidenta socialista se mantendrá "callada" y seguirá aceptando la "discriminación" de la mujer porque durante años "nunca ha levantado la voz" ante el presidente de la Junta para exigirle un "mayor presupuesto o más presencia femenina en todos los niveles de la sociedad". Según ella, continuará con su voz "silenciosa".
La consejera de Igualdad dijo ayer que su nombre "suena como el de otros compañeros" y apuntó que "no hay que darle mayor importancia" al hecho de que esté en todas las quinielas para el puesto. Navarro aseguró que el futuro secretario general del PSOE-A no se ha puesto en contacto con ella, pero insistió en que sería "un honor para cualquier militante socialista" presidir el partido.
La portavoz del PP en la Cámara aprovechó para arremeter contra las políticas educativas de la comunidad que hacen, a su juicio, que Andalucía tenga la "peor educación del mundo occidental". Opinó que hace 40 años existían dos clases sociales: la que podía acceder a una educación y la que no. "Ahora hay una elite que puede pagar una enseñanza privada y otros que tienen que conformarse con la pública con enormes carencias", señaló. Oña criticó a los socialistas por "alabar todos los días" la educación pública y "elegir para sus hijos" los colegios privados.
