El pasado mes de agosto se saldó con más destrucción de empleo y más paro en la provincia de Sevilla, según los últimos datos aportados por el Ministerio que dirige Fátima Báñez. A pesar de que el Gobierno y los institutos de estudios especializados hablan de recuperación económica en España, lo cierto es que el mercado laboral sigue sufriendo la crudeza de la crisis y cada vez son más los hogares que no tienen ningún tipo de ingreso. En Sevilla son 252.324 las personas que no tienen trabajo y que están en los registros del antiguo INEM. De ahí la necesidad de adaptar los perfiles profesionales de los que buscan empleo a lo que las empresas requieren en estos momentos. Según el director regional de Adecco, Eduardo Contreras, hay mucha distancia entre la formación de los que están en proceso de búsqueda y lo que piden las empresas; tiene que haber más proximidad entre lo que se imparte en la Universidad y en FP y las necesidades del tejido productivo. Uno de los retos que deben afrontar los que quieran entrar o retornar al mercado laboral es la formación en idiomas, fundamentalmente en inglés, incluso a nivel de operario, para una industria como la aeronáutica, de vital importancia en Sevilla. Aunque el trabajo sea local, son mercados abiertos donde el empleado debe tener más conocimientos en idiomas porque, si no, acaban trayéndolos de fuera. A cualquier nivel, señala, el idioma mejora la empleabilidad un 50%. Es un factor clave en un proceso de selección, sentencia. De hecho, a la hora de evaluar cuáles son los perfiles profesionales más demandados en la provincia, Contreras destaca la aeronáutica como uno de los sectores que más trabajadores requiere, en concreto, montadores, verificadores de calidad e ingenieros. En cuanto a los servicios, la hostelería demanda camareros, ayudantes de camareros y cocineros, mientras que la distribución busca dependientes y ayudantes. Por último, destaca Contreras la agroindustria, que necesita manipuladores de alimentos. Casi todos los empleos se concentran en la capital y el área metropolitana. A ellos se suma la demanda procedente durante estos meses de Estepa, que prepara la temporada de dulces navideños. De las necesidades anteriores de las empresas se deduce que el perfil más solicitado es el de operario, una cuestión no exenta de polémica en los últimos tiempos, ya que se han podido ver por internet ofertas de empleo que han resultado molestas para muchos porque demandaban personal muy cualificado para estos puestos. No es que las compañías pidan personas superpreparadas, sino polivalentes, asegura el directivo de Adecco, quien dice que en muchas ocasiones hay que distinguir entre lo que la empresa pide y lo que el trabajador cree que pide. En cualquier caso, Contreras defiende que es necesario requerir formación en estos puestos en muchas ocasiones y pone el ejemplo de camareros a los que se les exige ruso para trabajar en la Costa del Sol. En cuanto al perfil de los solicitantes de empleo que acuden a Adecco, los hay de todos los tipos. Antes era gente joven que quería pagarse los estudios, mientras que en los últimos años se acercan muchos padres de familia y mayores de 45 años que han perdido su empleo. A ellos se suman las amas de casa que buscan integrarse por primera vez en el mercado laboral por el deterioro de la situación económica en el hogar. Hay que cambiar el chip, cada vez nos parecemos más a los norteamericanos. Tenemos que ser conscientes de que no existe el trabajo para toda la vida y, por eso, tenemos que centrar los esfuerzos en la propia empleabilidad, concluye. ¿Y en qué consiste este concepto? Se trata de que una persona sepa reconocer los otros puestos que puede desempeñar más allá del que haya ejercido hasta ahora, explica Contreras, que añade que muchas veces, la gente piensa que solo puede hacer una cosa y a lo mejor tiene capacidad y competencia para hacer cualquier otro trabajo. De ahí que las empresas busquen polivalencia. Ahora persiguen trabajadores comprometidos, por eso se hace hincapié en los planes de carrera, en los planes de evaluación, etcétera. El caso es que ahora se contrata a personas para ejercer unos trabajos a los que antes de la crisis no hubieran accedido, como mayores de 45 años para cubrir un puesto de operario. En cuanto a la movilidad, reconoce que la gente está más dispuesta a irse, aunque aún permanece una rigidez generalizada en ese sentido.