La oposición israelí reclamó ayer la convocatoria de elecciones generales tras el anuncio hecho anoche del primer ministro, Ehud Olmert, de que no se presentará a las primarias de su partido Kadima en septiembre para abandonar su cargo.
El actual Ejecutivo israelí es un "fracaso total" que "ha llegado a su fin", dijo el líder de la oposición del conservador partido Likud, el conservador Benjamin Netanyahu, favorito en todas las encuestas en intención de voto en una eventual cita a la urnas.
Netanyahu cree que la "responsabilidad nacional" exige nuevas elecciones, "presida quien presida el Kadima", y se mostró contrario a la formación de un nuevo gobierno liderado por quien resulte vencedor en las primarias de ese partido.
Frente a ello, la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, reunió a israelíes y palestinos para lograr un acuerdo de paz antes de fin de año y con la confianza de que el próximo relevo en el Gobierno de Israel no suponga un obstáculo. En la misma línea se expresó el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, quien afirmó que su voluntad es trabajar con el próximo presidente de los EEUU y el sucesor del Primer Ministro israelí, "para concluir de una vez la paz". En el otro extremo se situó el movimiento islamista palestino Hamás, tras calificar de "victoria" para los palestinos el anuncio del primer ministro israelí, Ehud Olmert, de abandonar su cargo.
No obstante, la ministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, aseguró que los próximos cambios en la jefatura del Gobierno de su país no afectarán al proceso de paz que desde el año pasado lleva a cabo con la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Igual que el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien apostilló que existe un consenso entre las partes involucradas en el proceso de Oriente Próximo para seguir avanzando en el camino de la paz.
