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Optimismo pese al lamento

Josep Maria Noguès perdió el miércoles su primer partido al frente del Betis. Para el cuerpo técnico, los tres puntos significaban poco menos que la permanencia, pero el lamento por la derrota es sustituido por otras cuentas más optimistas y, sobre todo, la sensación de que el equipo no va a sufrir.

el 16 sep 2009 / 01:47 h.

Josep Maria Noguès perdió el miércoles su primer partido al frente del Betis. Para el cuerpo técnico, los tres puntos significaban poco menos que la permanencia, pero el lamento por la derrota es sustituido por otras cuentas más optimistas y, sobre todo, la sensación de que el equipo no va a sufrir.

Desde que Manuel Ruiz de Lopera prescindió de Paco Chaparro y lo reemplazó por Josep Maria Noguès, el Betis ha sumado seis puntos de nueve y ha llegado a alejarse de la zona de descenso en siete puntos, seis más de los que tenía con el técnico trianero en el banquillo. La racha, para un equipo que casi no ha ganado en toda la campaña, que venía de sumar cinco empates consecutivos y que se había pasado cinco meses sin vencer a un solo rival en casa, es positiva y la derrota ante el Valencia ha provocado el lógico dolor, pero la herida ha sido mínima. Noguès, que ayer se llevó a sus hombres a un spa para intercalar un poco de relajación en una semana tan cargada de partidos, aún se relamía por el premio que le había quitado Villa, pero al mismo tiempo era optimista, por la progresión de su equipo y por la situación de algunos de los rivales directos.

Aunque la resaca de su primera derrota como técnico de Primera no resultó ni mucho menos dramática, más bien lo contrario, Noguès sí estaba algo triste porque consideraba que la victoria ante el Valencia habría supuesto la salvación del Betis, sobre todo viendo que el Getafe había perdido frente al Real Madrid y que el Numancia prácticamente está descartado tras caer en casa con el Athletic. El catalán también se acordaba de que ayer se enfrentaban el Sporting y el Espanyol, con lo que o bien los asturianos eliminaban a los pericos o bien éstos metían a los rojiblancos en el lío (y los dejaban a siete puntos del Betis más el goal average, porque el cuerpo técnico de Noguès está pendiente de todas las cuentas habidas y por haber). Y por supuesto confiaba en que el Recreativo tropezase en el campo del Villarreal y no ajustase la pelea más de lo conveniente.

LA IMAGEN

Al margen de los enfrentamientos directos y los números, el principal lamento de Noguès el día después seguía siendo que el Betis no hubiese sido capaz de conservar un solo punto frente al Valencia en un partido que admite que fue muy táctico, con mucho respeto por parte de los dos contendientes. La oportunidad errada por Rivera en la primera parte y el primer gol de Villa aún rondaban la mente del barcelonés, que casi no se explicaba cómo era posible que ese remate hubiese pasado entre las piernas de Juanito y bajo el cuerpo de Ricardo. Pese a todo, el míster expresaba su satisfacción por la imagen de los suyos. Después del partido llegó a decir que había sido la mejor actuación del equipo desde que él lo dirige. Ayer, sin querer hacer declaraciones, resaltaba sobre todo la cohesión de las líneas y el hecho de que todos mantuviesen el orden incluso cuando el marcador era 0-2. Antes, el conjunto heliopolitano convertía cada partido que tocaba en una montaña rusa. Acabar con eso fue el primer objetivo del catalán y por ahora da la impresión de que lo ha logrado.

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