Con un definido 4-5-1, ideal para asfixiar la creatividad de Apoño, y dos puñales en las bandas, Alfaro y Perotti, el Sevilla logró un balsámico triunfo en La Rosaleda.
A base de disciplina táctica y una solidaridad global en el repliegue, el conjunto de Antonio Álvarez disecó la propuesta de Jesualdo Ferreira, que ha dotado de músculo y energía a un Málaga ácrata en ataque y con desaplicaciones graves en la zona de retaguardia.
De inicio, el marchenero optó por acumular piezas en la medular, donde trató de impedir la fluidez del juego creativo blanquiazul, y decidió imprimir un plus de velocidad a las contras con Alfaro y Perotti en los flancos ofensivos, donde Jesús Gámez y Mtiliga multiplicaron sus pulsaciones para impedir las penetraciones de los interiores blanquirrojos.
El Málaga, con la movilidad de Juanmi y la destreza física de Rondón, se alió con la suerte en el 1-0 y, desde entonces, se hospedó en la frontal del área.
Fue en el segundo período, y con 1-2 en el marcador, cuando Álvarez ordenó un repliegue intensivo -presión del punta y retroceso general- y anticipó la línea defensiva para comprimir los espacios libres del Málaga. Las sustituciones de Apoño y Juanmi, los dos hombres más hábiles de los costasoleños, precipitaron el confortable desenlace.
