Cultura

Oreja a Morante y a Cayetano en su confirmación en Madrid

Morante de la Puebla y Cayetano, que confirmaba la alternativa, cortaron una oreja cada uno en la tradicional corrida de la Beneficencia, presidida por el Rey ayer en Las Ventas, y en la que José María Manzanares fue ovacionado. (foto: EFE)

el 15 sep 2009 / 05:57 h.

Morante de la Puebla y Cayetano, que confirmaba la alternativa, cortaron una oreja cada uno en la tradicional corrida de la Beneficencia, presidida por el Rey ayer en Las Ventas, y en la que José María Manzanares fue ovacionado en el tercero tras llevarse el peor lote de Núñez del Cuvillo, informa la web Burladero.com.

Cayetano dejó muy buenas sensaciones en esta primera tarde en Madrid, especialmente en el sexto toro, un sobrero de Victoriano del Río con el que mantuvo un pique artístico con Morante de la Puebla. El sevillano, que había cortado una oreja al cuarto, realizó un muy buen quite por chicuelinas, que fue respondido por Cayetano por otro por gaoneras, con más voluntad que acierto.

Con la plaza muy metida en su actuación, Cayetano dejó su sello en la faena de muleta al sobrero de Victoriano del Río, un animal encastado y con mucho fondo al que ha comenzado toreando con muchísimo temple, gustándose en sensacionales muletazos que han sido auténticos carteles de toros, con mucho sentimiento, especialmente un trincherazo y un gran cambio de mano.

Anteriormente, Cayetano había sido ovacionado en el toro de su confirmación, de nombre Pesadilla, de Núñez del Cuvillo, un animal correcto de presentación, manejable y encastado, con el que se ha visto desbordado por momentos.

La otra oreja de la tarde la paseó Morante de la Puebla en el cuarto, pudiéndose así resarcir de su primera actuación, en la que escuchó pitos después de desentederse del segundo, un toro que empujó en el caballo y que se desplazó en la muleta. Morante, sin embargo, sí que destacó con el cuarto, un gran toro de Núñez del Cuvillo, encastado y con mucha clase en su embestida.

Por su parte, José María Manzanares dejó detalles de mucha calidad con el tercero , un toro que se empleó en varas y que fue muy castigado, lo que mermó sus facultades en la muleta. Con el quinto, un animal flojo, parado y descastado, el bueno de Manzanares no tuvo y salió silenciado por los tendidos.

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