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Orgía (espiritosa) en la Zarzuela

La Orquesta Barroca de Sevilla fue aclamada anoche en Madrid tras la primera función de ‘Viento es la dicha de amor’ de José de Nebra, en una controvertida y muy lúdica producción

el 18 may 2013 / 00:22 h.

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Zarzuela Viento es la dicha del amor Teatro de la Zarzuela (Madrid). 17 de mayo. Viento es la dicha del amor (1743), de José de Nebra. Intérpretes: Y. Auyanet, Liríope. C. Mouriz, Céfiro. B. Díaz, Amor. R. González, Delfa. G. de Jenaro, Marsia. M. Arcuri, Ninfa. A. San Juan, Antenor. Dirección de escena: Fernando Lima. Coreografía: Sol Picó. Orquesta Barroca de Sevilla. Director: Alan Curtis. Nueva producción del Teatro de la Zarzuela. Funciones: días 17, 19, 23, 25, 27, 29 y 31 de mayo.

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Tiene la Orquesta Barroca de Sevilla (OBS) siete funciones aún por delante para continuar conquistando Madrid desde el foso del Teatro de la Zarzuela, donde se les ha encargado el cometido de reivindicar la música de José de Nebra (1702-1768). Reivindicar y no recuperar, porque la del maestro de Calatayud es una obra asentada en el futuro y superior a la de tantos otros compositores que intentan desempolvarse y cuyas partituras les delatan menores (se piensa, acudiendo a casos recientes, en Manuel García, en Ramón Carnicer…).

Sorprende que un director como Alan Curtis, tan ajeno al barroco español, haya sido el elegido para conducir estas representaciones. Hizo sus deberes con Nebra aunque su sello quedó patente. No es ésta la OBS telúrica y pasional que estamos acostumbrados a oír y, por ello mismo resultó sorprendente comprobar lo prudente de sus entradas, la relativa sequedad en las dinámicas y unos tiempos ágiles y de pulsación matemáticamente diáfana. Empero, el objetivismo de Curtis le traicionó en una cuadriculada y alicaída Seguidilla, pero más mal pie tuvo el no acreditado percusionista atribulado con las castañuelas. En la segunda parte, el concertino, Dmitry Sinkovsky, tiró de Curtis y comenzó a sacar fuego de su violín y de una OBS soberbiamente acompasada al pathos del director.

La producción, a cargo de Andrés Lima (Animalario), fue lúdica, feliz. El inconsistente y alegórico libreto para un oyente contemporáneo se plasmó en una actual, mundana e hipersexual recreación que releyó el barroco desde un presupuesto cercano a eso que los alemanes llaman regietheater. Y si El Oro del Rin de Wagner ya ha sido llevado a un balneario, Lima también acudió a este lugar de connotaciones tan sugestivas. Pletórica en desnudos e inserciones teatrales, la propuesta, sanamente braveada y abucheada a partes iguales, no logró escapar de cierta aspiración en exceso intelectualoide al recurrir a textos de José Hierro, Valente, Ángel González y Calderón. La coreografía de Sol Picó, muy de manual de danza, sobrecargó una escena que en lo puramente conceptual y escenográfico funcionó con brillantez.

La soprano Yolanda Auyanet (Liriope) fraseó con gusto, dominó el estilo con un vibrato muy medido y proyectó adecuadamente una voz de timbre singularmente bello en su zona central. Como Céfiro, Clara Mouriz quedó algo corta de potencia en las notas bajas y fue oscurecida por el foso, pero consiguió imponerse en la copla En estas flores y recibió aplausos encendidos tras Confuso, turbado. Voz lírica de agudos límpidos y controlados, Beatriz Díaz convenció como Amor, igual que Ruth González (Delfa), con un muy bien resuelto dúo Quiéreme, picarita con Gustavo de Gennaro (Marsias). El coro, que posee algunos de los mejores momentos, puntuó a buen nivel. Entre los actores, Alberto San Juán añadió ese marchamo de conexión directa con el aquí y ahora que tanto necesita una obra como ésta. Ha de quedar constancia del trabajo de Silvia Álvarez como trasunto actoral de Liriope.

La pregunta ahora es: ¿podrá disfrutar el público del Maestranza de una música tan bella en una representación, incontestable en lo musical (y 100% hispalense, para los que gustan de hacer patria) y renovadora en lo escénico, que tanto olor a naftalina y cartón piedra ayuda a quitar? La solución, en los despachos. En marzo de 2014 este teatro llevará a Sevilla La del manojo de Rosas. ¿Tal vez en 2015? Crucemos los dedos.

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