Ni el alcohol, ni una conducción temeraria. Para el exmatador de toros José Ortega Cano lo que pudo producir el accidente mortal, que el pasado 28 de mayo acabó con la vida de Carlos Parra, fue una arritmia cardíaca que hizo que se distrajera y que incluso perdiera el conocimiento. Así fue como Ortega Cano se defendió ayer ante el juez del caso durante las casi dos horas que estuvo declarando y en las que llegó a jurar por sus hijos que no había bebido aquella noche. Por el momento, el juez le ha imputado tres delitos: homicidio imprudente y dos contra la seguridad del tráfico.
El extorero, que llegó y se fue en silla de ruedas y sin que le fuera impuesta ninguna medida cautelar a la espera del juicio, aseguró ante el titular del Juzgado de Instrucción número 9, Juan Jesús García, que no recordaba nada del momento del impacto, ya que cree que le dio un "vahído" que le hizo perder el conocimiento y posiblemente invadir el carril contrario. Hasta entonces, según fuentes del caso, José Ortega Cano mantiene que circulaba "respetando todas las normas de tráfico" y que no superaba los 80 kilómetros por hora. De hecho, matizó unas declaraciones que hizo durante una entrevista en la que dijo ir "lanzado", aclarando que en realidad quiso decir "cansado".
Fue lo único que admitió: "un estado general de somnolencia". "A lo mejor estaba un poco cansado", afirmó. Sin embargo, su abogado, Enrique Trebolle, insistió en el estado físico del exdiestro como motivo del accidente, pues "sufre arritmias y tiene un padecimiento grave de corazón". Esta enfermedad le obliga a tomar diversa medicación, como el citrón, lo que también pudo influir en su estado.
Precisamente, el hecho de que siga un tratamiento es lo que hace, según dijo el extorero, que no tome alcohol. Fuentes del caso explicaron que el día del accidente Ortega Cano estuvo en cinco locales distintos, pero en todos negó haber tomado alguna copa. Solamente admitió que en uno de ellos se tomó "media copa de cava", aunque luego a preguntas de su letrado precisó que "sólo se mojó los labios". Por eso, tras ser cuestionado sobre cómo pudo entonces arrojar la prueba de alcoholemia una tasa de 1,26 gramos de alcohol en sangre -más del doble de lo permitido-, dijo que debe ser "un error".
Sobre esta prueba el letrado de Ortega Cano no quiso pronunciarse, sin aclarar si va a pedir su nulidad. Únicamente señaló que va a solicitar al magistrado del caso la declaración de varios testigos que "pueden asegurar que no bebió ni esa mañana, ni por la tarde, ni la noche del siniestro", dijo. Por el contrario, los abogados que ejercen la acusación particular en nombre de la viuda de Carlos Parra, Luis Romero y Andrés Avelino Romero, dijeron que también disponen de dos testigos que, por el contrario, aseguran que vieron al exmatador de toros consumiendo alcohol ese día.
En cuanto a la conducción, Ortega Cano insistió en que no iba a excesiva velocidad, pese a que reconoció que "tenía prisa" por llegar a su finca y a que el informe realizado por la Guardia Civil indica que en el momento del accidente circulaba a 125 kilómetros por hora. Además, aclaró que si adelantó de forma brusca en Burguillos a un vehículo, tal y como aseguraron varios testigos que incluso alertaron al 112 al ver un todoterreno circulando de forma temeraria, era porque creía que éste estaba "parado".
Tanto Luis Romero como Andrés Romero, los abogados de la acusación, valoraron ayer la declaración como "una prueba secundaria", ya que el torero "ejerció su derecho constitucional a no autoinculparse". Por eso, se mostraron más confiados en las pruebas que quedan aún por practicar antes de que el caso sea enviado a juicio. De momento, el lunes declararán dos testigos, uno de los cuales presenció el momento del impacto.
