El torero José Ortega Cano arrancó la ovación del público en la segunda corrida sin sangre celebrada en Las Vegas esta semana y en la que lidió, aquejado de gripe, junto a Pedro Gutiérrez "El capea" y el mexicano Federico Pizarro.
Ortega Cano fue el primero en saltar al ruedo del Hotel Casino South Point en Nevada y lo hizo ligeramente indispuesto, después de vomitar y ayudado por un trago de tequila, según comentaron los organizadores en la puerta de cuadrillas.
Pasado ese trance, el diestro logró disfrutar con los toros de la ganadería Lebrija y llegó a sentirse "muy a gusto con el capote en algunos momentos", dijo a Efe.
El matador valoró la experiencia estadounidense a pesar de las dudas que había mostrado el viernes después de ver la corrida de la víspera en el mismo escenario.
"Ahora me desdigo. Creo que hoy se están dando muchas más condiciones para el toreo y para hacer las cosas bien", aseguró Ortega Cano que no obstante continúo echando en falta la sangre en la plaza al igual que sus compañeros de cartel.
"Hay que adaptarse a esas circunstancias porque nos obligan las leyes de este país, aunque de todas maneras los toros van a ser sacrificados, pero no en público. Pienso que un toro después de ser lidiado merece una muerte tan solemne y tan digna como es en un ruedo", explicó Pizarro.
El mexicano contó con el apoyo incondicional de la grada donde muchos de sus compatriotas corearon con "olés" cada uno de sus pases de muleta.
En total, 2.600 personas con sus gorros vaqueros y sus palomitas se congregaron para ver la cuarta corrida de toros en la historia de Las Vegas, donde hasta el momento la cifra de espectadores no pasaba de unos centenares.
"Ha sido algo como lo que yo soñé algún día. Como ya lo llevo diciendo esto va de menos a más y estoy muy contento. Las Vegas sigue adelante hoy más que nunca", afirmó Pedro Haces, promotor del evento organizado por Don Bull Productions.
"Creo que ha sido una noche muy importante de cara a que en Las Vegas también gusten los toros, la gente ha disfrutado muchísimo y los tres toreros hemos podido cuajar un toro a gusto cada uno y en el otro dar la cara. Creo que la gente lo ha visto y lo ha valorado", declaró Gutiérrez al término de la lidia.
La corrida fue más estética que la celebrada el día anterior donde los españoles Javier Conde y Juan José Padilla resultaron embestidos por los astados, aunque sin consecuencias.
La fiesta de los toros volverá a Las Vegas, en la misma plaza, el 20 y el 21 de noviembre con la presencia doble del español Enrique Ponce quien el primer día estará acompañado por Federico Pizarro y por el también mexicano Alejandro Amaya.
En la jornada de sábado Ponce compartirá cartel con el luso Pedrito de Portugal y el matador colombiano Luis Bolívar.
"En cuatro o cinco corridas más lograremos que se agoten las localidades", insistió optimista Haces, que antes de final de año pondrá en liza también un espectáculo llamado "Viva España", cuya composición está aún por definir, y anunció que en 2010 organizarán dos corridas mensuales en Las Vegas.