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Osasuna, un viejo enemigo ahora en apuros

Hace tiempo que el Sevilla libra batallas mucho más importantes que la rivalidad con Osasuna o incluso con el eterno rival, el Real Betis. Los navarros no son ya contrincante de un equipo que puede asegurar la Champions si gana en el Reyno de Navarra.

el 16 sep 2009 / 02:48 h.

Hace tiempo que el Sevilla libra batallas mucho más importantes que la rivalidad con Osasuna o incluso con el eterno rival, el Real Betis. Los navarros no son ya contrincante de un equipo que puede asegurar la Champions si gana en el Reyno de Navarra.

Sumida en el debate de la continuidad o no de Manuel Jiménez al frente del banquillo y encandilada con los goles de Kanouté y Luis Fabiano, hace tiempo que la afición del Sevilla dejó de pensar en equipos como Osasuna. Hace apenas tres temporadas, los duelos contra los navarros desprendían un halo épico, en ocasiones barriobajero y procaz, pero a todas luces intenso. Incluso en la primavera de 2007 los dos equipos protagonizaron su último gran duelo de altura, el que se produjo en las semifinales de la Copa de la UEFA. Un 1-0 a favor de los pamplonicas, con gol de Soldado, fue superado en la vuelta por los tantos de Luis Fabiano yRenato. El Sevilla lograría posteriormente su segunda Copa de la UEFA.

Esa misma temporada, Osasuna pagó su osadía europea con una décimo cuarta plaza que abrió un periodo de inestabilidad. En la pasada campaña, los navarros estuvieron a punto de descender, aunque al final se salvaron del desastre y para quedar clasificados en la plaza 17. Lo ocurrido en el ejercicio actual habla de nuevos apuros, una sensación de tener el agua al cuello de forma constante que provocó la temprana destitución del Cuco Ziganda y la llegada al banquillo de José Antonio Camacho, ex seleccionador nacional y técnico de Sevilla, Espanyol yBenfica, entre otros.

El discurso populista de Camacho apenas si revolucionó al conjunto rojillo en una primera vuelta realmente desastrosa. Fue a finales de enero cuando Osasuna comenzó a mostrar síntomas de reacción. Empató en el difícil campo del Villarreal y luego derrotó de forma consecutiva a Mallorca y Valencia. La gran victoria en el Vicente Calderón (2-4), refrendada con otro triunfo contra el Athletic (2-1), parecían dejar a Osasuna en Primera, pero a partir de ese último encuentro las cosas volvieron a torcerse de nuevo.

LA MALA RACHA. Cuatro derrotas y un solo empate en los últimos cinco encuentros han vuelto a poner a Osasuna en el disparadero. Ahora está a dos puntos del descenso, pero tiene tres partidos por delante como para echarse a temblar. Se trata del Sevilla, el Barcelona y el Real Madrid. El nivel que den los rojillos ante los tres primeros de la Liga marcará su futuro en Primera.

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