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Otra cabalgata es posible

La Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla ha cumplido 90 años, organizada por el Ateneo con la colaboración del Ayuntamiento. Desde que la fundara José María Izquierdo con carrozas salidas de la Real Maestranza de Caballería, el cortejo real se ha convertido en una referencia, no sólo para los sevillanos sino para muchas ciudades y pueblos de España que adoptaron la iniciativa.

el 14 sep 2009 / 22:21 h.

La Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla ha cumplido 90 años, organizada por el Ateneo con la colaboración del Ayuntamiento. Desde que la fundara José María Izquierdo con carrozas salidas de la Real Maestranza de Caballería, el cortejo real se ha convertido en una referencia, no sólo para los sevillanos sino para muchas ciudades y pueblos de España que adoptaron la iniciativa. Ha transcurrido casi un siglo y el cariño e ilusión que generan la cabalgata se ha multiplicado, hasta el punto de que la ciudad entera se echa a la calle para disfrutar del cortejo y admirar los rostros de felicidad de los más pequeños. Existe, sin embargo una creciente preocupación por detalles que afectan a la organización del cortejo y que en cuestión de minutos echan por tierra el ingente trabajo que desinteresadamente desarrollan decenas de personas para ponerla en la calle cada año. Las alarmas saltaron en 2006 cuando se produjo un preocupante retroceso tanto en la calidad de las carrozas como en la organización del cortejo. Fue entonces cuando quedó patente que un evento de la magnitud alcanzada por la cabalgata de Sevilla no podía quedar en manos de un grupo de voluntarios por muy entregados que estuvieran a la causa. Este año ha vuelto a ocurrir. La falta de previsión acumuló retrasos de hasta una hora y media en el cortejo por no haber medido la altura de las luces navideñas de Felipe II, que chocaron con algunas carrozas. Es evidente que la ilusión del día de Reyes no se pierde por estas cosas, pero urge redefinir el modelo de cabalgata en Sevilla para que los niños, principales protagonistas de la jornada, puedan disfrutarla sin retrasos ni parcheos de última hora. Ayuntamiento y Ateneo deben asumir su responsabilidad y poner los medios a su alcance para que no vuelva a ocurrir, por el prestigio de la cabalgata. La ilusión de miles de niños no se improvisa.

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