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Otra vez desnudo para que le paguen la deuda

Manuel Paraíso, uno de los encerrados por el impago de Bruesa, radicaliza su protesta,

el 04 ago 2010 / 20:30 h.

Manuel Paraíso, ayer en el solar donde se construyen los pisos.
Ésta es la quinta vez que a Manuel Paraíso le ocurre esto: no le pagan el trabajo que hecho por su pequeña empresa, Pulimentos Macarena. Tras una semana de encierro, y harto de esperar a que la constructora Bruesa le pague, ayer dio un paso más allá, desnudándose y encadenándose en la oficina central de la constructora en Sevilla.
 
En un año y medio, Manuel ha perdido 100.000 euros por trabajos impagados, de los que sólo ha recuperado 16.000. Por eso, esto de desnudarse, encadenarse y hasta ponerse en huelga de hambre no le coge de nuevas, porque ya ha pasado por ello hasta que abandonaba para no "entrar en una depresión. No termino de recuperarme de una vez cuando vuelve a ocurrirme".

Manuel Paraíso y sus socios, además de los responsables de 14 empresas más, se encerraron la semana pasada para reclamar el pago de lo que les debe Bruesa por su trabajo en unas VPO que están a punto de terminarse en Sevilla Este. Hasta ahora, han conseguido que Emvisesa (promotora de las viviendas) deje de pagarle a la constructora para que las subcontratas puedan cobrar una parte. Aun así, "es una miseria" comparado con lo que queda pendiente, lamenta. Hoy precisamente se cumple una semana de un encierro llevan una semana durmiendo en el suelo donde se levantan las 218 viviendas de protección pública.

Tras reunirse ayer los afectados con Emvisesa, Manuel decidió desnudarse y encadenarse al considerar que la empresa municipal y Bruesa "se pasan la pelota la una a la otra".

La protesta empezó por el desnudo, ya que se quitó la ropa para desplazarse andando hasta la oficina principal de Bruesa, en la misma avenida Emilio de Lemos en la que se construyen los pisos. Una vez allí se encadenó en el interior del edificio, eso sí, ya vestido. Después de dos horas, sus socios, Israel y Nicolás Gómez, negociaron con los directivos de Bruesa por lo que Manuel acabó con su encierro... por ahora.

La situación provocó que los directivos de Bruesa se quedasen en la oficina reunidos, a pesar de que los empleados de la empresa abandonaron el lugar a las 15.00. De hecho, los empresarios se mostraron comprensivos y reaccionaron "bien", a pesar de tan llamativa protesta.

Hoy al mediodía Manuel llamará a la empresa para saber qué va a ocurrir con el dinero que considera le han "robado". De hecho, "la cosa pinta mal" según este empresario, que amenaza con volver a encadenarse si hoy no se llega a un acuerdo "en condiciones". "Esta vez, la Policía tendrá que echarme", advierte. Y es que dice que ya no se fía más, porque aunque Emvisesa pagó un millón de euros a Bruesa hace una semana, éste dinero "se perdió en Madrid".

Con estas medidas desesperadas, Manuel busca presionar y forzar una decisión de Bruesa, pero también pretende llamar la atención de los medios para que "todo el mundo se entere de lo que ha ocurrido".

La situación económica de Manuel a día de hoy es bastante complicada, porque el banco amenaza con embargarle. El pagaré, por valor de 16.000 euros, con el que Bruesa le pagó en noviembre de 2009 caducó el pasado 25 de julio y, ahora, el banco reclama el dinero. Manuel calcula que ha dejado de cobrar 37.000 euros en esta obra. Es más, advierte de que si la empresa no le paga perderá su vivienda, y "Emvisesa tendrá que darme una casa".

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