Jesús Despojado salía el Domingo de Ramos. Estefanía González (Atese) La lluvia volvió a chafar la jornada. Por segundo año consecutivo ni Jesús Despojado ni La Cena pudieron hacer estación de penitencia. Ayer lo intentaron, pero sin fortuna, más bien con muy mala suerte, porque la lluvia les golpeó de lleno contra todo pronóstico. La Plaza de Molviedro y todas sus calles adyacentes estaban inundadas de un público deseoso de ver en la calle a Nuestro Padre Jesús Despojado y a la Virgen de Los Dolores y Misericordia. Unas gotitas de agua dieron la nota discordante pocos minutos antes de que la cruz de guía saliese, pero rápidamente un sol que calentaba de lo lindo iluminó la plaza. Nada hacía presagiar lo que pocas horas después sucedió, que la hermandad se tuviese que refugiar en la iglesia de La Anunciación a consecuencia de un fuerte aguacero que mojó, y bien, a todo el cortejo. Fue una pena, porque en un segundo se olvidó la magnífica salida de estos dos pasos y el tremendo esfuerzo de unos costaleros que de rodillas pusieron en la calle a los titulares de esta cofradía del centro. El año pasado esta hermandad tampoco pudo ir a la Catedral y por ello en esta Semana Santa había esperanzas de tener una buena estación de penitencia. Poco antes de salir se había celebrado un cabildo de urgencia en el que se decidió arriesgar, puesto que los pronósticos eran más que favorables. Sin embargo, todo se truncó. El agua comenzó a caer con fuerza y se tuvieron que cobijar. Cuando la lluvia se retiró la hermandad se planteó ir a la Catedral, algo que no pudo ser al no obtener permiso, por ello tuvo que regresar a su casa con la máxima dignidad. En esta vuelta estuvo acompañada de los sevillanos que se agolpaban a su paso. Muy emotiva fue su entrada en la capilla del Mayor Dolor, sobre las 22.00 horas. Otra hermandad que tuvo que recorrer lo andado fue la cofradía de Los Terceros. El Señor de la Sagrada Cena sólo pudo llegar hasta la Plaza del Cristo de Burgos, donde le esperaba una multitud de personas. Fue en este punto donde le sorprendió un indeseado y fuerte chaparrón. En un primer momento no pareció que iba a amedrentar a la hermandad. Las diferentes emisoras de radio ya anunciaban que Jesús Despojado se refugiaba en la iglesia de La Anunciación, y el Señor de la Sagrada Cena seguía hacia adelante, camino de la carrera oficial, pero de repente reculó y volvió sobre sus propios pasos ante la atenta mirada de los devotos que irrumpieron en una sonora ovación. La decisión, en opinión de los fieles, fue la más acertada para evitar daños. Y por ello el manto de la Virgen del Subterráneo fue cubierto con un plástico para que no se mojase. No obstante, el camino de regreso a la iglesia de Los Terceros se realizó a paso rápido para guarecerse con urgencia. , más de uno con lágrimas en los rostros, porque nuevamente no pudieron realizar su estación de penitencia. El año pasado ni tan siquiera la cruz de guía llegó a la calle también por la intensa lluvia.