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Otro Castro, la misma represión

HRW denuncia que Cuba continúa limitando derechos y libertades.

el 18 nov 2009 / 20:31 h.

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El Gobierno cubano ha cambiado de manos pero mantiene su vieja maquinaria represiva con la que continúa violando los derechos humanos y, escudándose en la "ley de peligrosidad", encarcela a personas que intentan ejercer sus derechos y, en algunos casos, hasta a los desempleados.


Ésa es la principal denuncia que se desprende de un análisis divulgado ayer por Human Rights Watc h, en su primera evaluación sobre la situación en Cuba desde que Fidel Castro transfirió el control del Gobierno a su hermano Raúl en julio de 2006 y la Asamblea Nacional lo eligiera presidente en febrero de 2008.


HRW, que también criticó medidas represivas en Colombia y Venezuela, dijo que el encarcelamiento, las palizas, detenciones arbitrarias y violaciones al debido proceso son algunas de las tácticas que usa La Habana contra los detractores de sus políticas.


El informe de 60 páginas, titulado Un nuevo Castro, la misma Cuba, se apoya en más de 60 entrevistas realizadas entre junio y julio pasado a diversos actores de la sociedad civil en siete de las 14 provincias de Cuba, y no tuvo la venia del Gobierno.


HRW destacó la llamada "ley de peligrosidad", "la más orwelliana de todas las leyes cubanas" y con la que, con claros fines políticos el Gobierno, encarcela a personas antes de que hayan cometido un delito, con la sospecha de que "puedan cometerlo en el futuro". Esa ley señala como actividades antigubernamentales manifestaciones pacíficas, escribir artículos duros contra el Gobierno, entregar copias de la Declaración Universal de los Derechos Humanos e intentar organizar sindicatos independientes.


HRW dijo que documentó más de 40 casos de personas encarceladas porque el Gobierno las consideró "peligrosas", pero esta organización teme que existan "muchos más casos". También quienes no tienen empleo, no cooperan con el Estado o no pertenecen a organizaciones del partido de Gobierno son acusados de "antisociales".


HRW cita como ejemplo de que, dentro de la Operación Victoria, en enero pasado, las autoridades acusaron de "peligrosidad" por no tener trabajo a decenas de personas de Cuba Oriental, en su mayoría jóvenes. Un residente de Sancti Spíritus, desempleado por problemas de salud, fue condenado a prisión.


Los opositores viven con el temor de ser arrestados, como fue el caso del defensor de derechos humanos Rodolfo Bartelemí Coba, que permanece detenido desde marzo. Pese a la represión "sistemática", la oposición puede canalizar sus ideas a través de blogs independientes, canciones de protesta y, más recientemente, foros públicos que el mismo Gobierno ha organizado.

Cuba ha logrado avances "significativos" en asuntos como la educación y la salud, pero no han ido de la mano del respeto a los derechos políticos. Frente a esa situación, HRW llama a la comunidad internacional a ejercer la "presión necesaria" para lograr cambios en la isla, algo que, a su juicio, no existe ni desde América Latina, EEUU, Canadá o Europa.

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