La Copa del Rey, la única competición que ha dado títulos al Betis en los últimos 74 años, irrumpe en la temporada verdiblanca de manera inusual. Es muy pronto, más de lo habitual cuando estaba en Primera, y su aparición es casi una interferencia en el principio del camino importante, el del ascenso. Y encima repite contra el Córdoba.
Sólo han transcurrido cuatro días desde que el Betis dio su primer paso en el camino de vuelta a casa, oséase la Primera División, y el conjunto verdiblanco vuelve a toparse con un nuevo obstáculo en esta procelosa senda con que amenaza ser la temporada 2009-10. La Copa del Rey, esa competición tan querida por el beticismo por la sencilla razón de que ha sido su casi única fuente de satisfacciones durante décadas y décadas, surge en medio de la actualidad, del arranque de la Liga, de los dimes y diretes de Emana y de los enfados de Sergio García. Y lo hace sin que el enemigo cambie, porque el adversario es el mismo del sábado: el Córdoba.
El partido corresponde a la segunda ronda. Faltan dos para que intervengan los equipos de Primera. Es lo que tiene el descenso a Segunda. La premura de la eliminatoria, sin embargo, no admite lamentaciones. Llegue donde llegue al final, al Betis le vendría bien volver a ganar al conjunto de Lucas Alcaraz para acumular victorias y ánimo en este principio de campaña. Antonio Tapia no dará la convocatoria hasta hoy mismo, pero es de suponer que hará bastantes cambios en la alineación para no meter más carga de la necesaria en algunas piernas. El año es muy largo y sólo acaba de empezar.
