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Otro papelón del Sevilla en casa... y sin soluciones a la vista (1-2)

el 09 ene 2010 / 21:09 h.

El Sevilla firmó su tercera derrota consecutiva en Liga y dejó claro que la victoria del pasado martes en Copa frente al Barcelona -versión B, merced a los numerosos cambios de Guardiola- es una isla desierta en un mar de sinsabores. El equipo de Manolo Jiménez sólo ha ganado un partido en las seis últimas jornadas y su presencia en los puestos altos de la tabla se complica, después de tropezar por cuarta vez consecutiva en el Sánchez Pizjuán.

Una vez más, cayó dando una pobre imagen. Despidió la primera parte con un 0-2 adverso y en la segunda, picado en su orgullo, dio la sensación de poder hacer mejor las cosas con un mínimo de orden e ideas. El problema es que ni se ven esas ideas ni soluciones cuando las cosas se complican. Y a todo esto: el rival era el Racing, de menor potencial pese a las bajas nervionenses.

Decir que lo del Sevilla ante este tipo de rivales es una simple mala racha es quedarse en lo superficial. Espanyol, Málaga, Valladolid, Getafe y ahora el Racing han logrado sacar los colores al conjunto de Jiménez, hasta el punto de despertarle de ese sueño llamado título de Liga y poner en duda, viendo el buen hacer de Valencia, Mallorca o Deportivo, la confianza ciega del club en acabar entre los tres primeros.

¿LA FALTA DE ACIERTO? ¿LAS BAJAS? En poco más de media hora, el Racing, un equipo que viene de cambiar de entrenador hace escasas fechas, le puso en evidencia. Es indiscutible que el Sevilla no es el mismo con Jesús Navas, Luis Fabiano, Kanouté, Zokora o Squillaci -ausentes- que sin ellos, pero decir que el once que puso sobre el césped el Racing es mejor que el que sacó Jiménez no es sostenible. Lo de ayer no fue un problema de falta de acierto ni de bajas; fue un problema de no tener ideas, de no saber cómo atacar -una vez más- a un adversario que se encierra y un problema de no saber cómo frenarle cuando roba el balón y sale al contragolpe.

Nadie puede negar la voluntad, pero visto lo visto, tampoco que urge dar mucho más que eso, no ya para pelear por el título de Liga -palabras mayores- sino para aspirar al tercer puesto. Ayer, Konko no ayudó en defensa ni en ataque, dejando, al igual que hizo Adriano en la otra banda, que los extremos (Capel y Perotti) tuvieran que encarar siempre a dos rivales. Quedó claro que Lolo, pagando en parte el esfuerzo del Camp Nou, sufre mucho para imponerse en el centro del campo. Quedó claro que o Romaric agiliza el juego o su calidad no sirve de nada al equipo, pese a que marcó un gol y rozó otro. Y quedó claro que con esta pasmosa fragilidad defensiva, tanto atrás como de los hombres de la línea medular, no se puede llegar lejos.

RACING: DOS ZARPAZOS, DOS GOLES. Siguiendo con aplicación el ejemplo de los equipos que han visitado el Sánchez Pizjuán, al Racing le bastaron dos llegadas para sentenciar el partido. Ambas tuvieron por protagonista a Sergio Canales. La nueva perla del fútbol español demostró su calidad primero con una espectacular vaselina tras quedarse solo ante Palop y, poco después, con otro golazo tras dejar con un palmo de narices al portero y Adriano. En cuestión de 37 minutos, 0-2.

El Sevilla fue un quiero y no puedo hasta que despertó en la segunda parte. Fue entonces cuando presionó de verdad, le puso más chispa y mejoró. Marcó Romaric (60') y, luego, Escudé estrelló un balón en el poste que incluso pudo ser gol fantasma, ya que hay dudas acerca de si entró. Pese a todo, la falta de ideas y la precipitación continuó siendo una losa muy pesada y al final el Sevilla, con más corazón que cabeza, acabó sucumbiendo.

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