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Otro traspié diplomático

Si el momento para desairar a los aliados siempre es inoportuno, el que eligió el pasado 19 de marzo el Gobierno al anunciar la retirada de Kosovo fue el peor de los posibles: dos semanas antes de la cumbres del G-20 y de la OTAN. No ha sido el primer revés diplomático de Zapatero.

el 16 sep 2009 / 00:36 h.

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Si el momento para desairar a los aliados siempre es inoportuno, el que eligió el pasado 19 de marzo el Gobierno al anunciar la retirada de Kosovo fue el peor de los posibles: dos semanas antes de la cumbres del G-20 y de la OTAN. No ha sido el primer revés diplomático de Zapatero.

La cita con más contenido simbólico será la reunión que se celebrará los días 3 y 4 de abril en Estrasburgo (Francia) y Kehl y Baden-Baden (Alemania) con motivo del 60 aniversario del nacimiento de la Alianza. A ella están llamados los jefes de Estado y de Gobierno; incluido el presidente de EEUU, Barack Obama. Y Zapatero y su ministra de Defensa, Carme Chacón, sin pretenderlo, se han convertido las jornadas previas en protagonistas. Desde el anuncio de Chacón, España y su presidente han sido acusados tanto dentro como fuera de nuestras fronteras -esta vez las críticas más duras han sido las externas- de "maleducados", "rehuir los compromisos internacionales", de "portazo" a la OTAN y a EEUU e incluso de convertirse en "el enfant terrible de la política atlántica".

La comunidad y la prensa internacional han cargado las tintas contra lo que consideran una segunda "metedura de pata" de España tras la "abrupta" marcha de Irak en 2004. Así, por ejemplo, el rotativo británico The Times aseguraba en su edición del pasado jueves que los repliegues de Kosovo y de Irak han supuesto "un desaire" de Zapatero al anterior presidente de EEUU, George W. Bush, y al actual inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama. Para este periódico la única diferencia es que uno fue "calculado" y el "involuntario". También el jueves, el Nuevo Herald tituló con un "ha vuelto a hacerlo", refiriéndose a repetir la decisión de Irak. Y prosiguió: "Las claves de esta clamorosa metedura de pata radican en la incomodidad que el tema de Kosovo ha representado para España desde la declaración de independencia. Pero una cosa es optar por la cautela ante el nacimiento de una nueva república en el corazón de Europa y otra es desairar a los aliados y rehuir compromisos".

La retirada de Irak le costó a Zapatero su aireada enemistad con George W. Bush. El ya ex presidente de EEUU acusó a su homólogo español de dar "falsas esperanzas" al terrorismo con su "repentina" marcha del país. Desde entonces, España y Zapatero dejaron de ser aliados fiables para Washington. Tampoco ayudó demasiado para normalizar las relaciones el llamamiento que el presidente español realizó en 2004 desde Túnez a otros países para que también abandonasen Irak, tras lo cual EEUU volvió a montar en cólera.

A la lista de desaires se unió uno más en septiembre de 2005, cuando Zapatero se alegró de que las elecciones en Alemania supusieran un "fracaso" para Angela Merkel y que Gerhard Schröder "aguantara" mejor de lo previsto, cuando quien ganó finalmente fue Merkel. En abril del año pasado, Zapatero estuvo diez largos minutos solo y ensimismado en la cumbre de la OTAN mientras Bush departía en un corro con varios de los mandatarios aliados. En enero de este año la diplomacia española tuvo que calmar los ánimos de Israel después de que Zapatero advirtiera al Ejecutivo judío de que sus bombardeos contra Gaza no eran el camino que llevaría a su pueblo a la paz. Así las cosas, la retirada de Kosovo ha terminado de encender un ambiente diplomático que ya estaba caliente.

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