El umbreteño Pablo Huertas es uno de esos investigadores que hoy trabaja en la Cartuja pero mañana, si quisiera, podría hacerlo en Oxford o Harvard. De momento le retiene una generosa beca de la Unión Europea que ha hecho recaer sobre él el peso de localizar nuevos marcadores que permitan diagnosticar de manera aún más precoz el cáncer.
-Es usted experto en Biología Molecular y Genética. ¿No le hubiera sido más sencillo haber sido dentista?
-¡No sé si hubiera sido más fácil, pero probablemente sería más rentable! Por otra parte he de decir que siempre he tenido muy claro lo que quería hacer y no me imagino haciendo otra cosa.
-A estas alturas imagino que no tendrá que ir dando explicaciones a la gente de lo que es el ADN...
-Afortunadamente no. Gracias a CSI todo el mundo tiene más o menos una idea de lo que es el ADN. A veces demasiado, sobre todo cuando te intentan convencer de que cosas imposibles que salen en la televisión son verdad.
-¿Se ríe o se inquieta cuando escucha hablar de los creacionistas, esos que todavía andan dando por buenos a Adán y Eva?
-Me parece perfecto que alguien mantenga, por sus creencias, una visión creacionista. Lo inquietante es cuando se confunden conceptos religiosos con científicos y se pretende enseñar en las clases de biología el creacionismo. Para que quede claro, la validez de la teoría de la evolución es incuestionable. Sería como negar que la tierra gira alrededor del sol.
-No me dirá que una foto de Darwin preside su dormitorio...
-En todo caso tendría una foto de Gregor Mendel, el padre de la genética. Pero sí, Darwin es a la Biología lo que Newton a la Física, el personaje que hace avanzar una disciplina. Si hoy podemos avanzar en el conocimiento de lo que somos como especie gracias a lo que observamos en otros animales, ya sean primates o ratones de laboratorio, es gracias a la fortaleza de la teoría de Darwin. Lo que ha supuesto para la biología y la biomedicina es increíble.
-¿Por qué cree que, por poner dos ejemplos, la física cuántica y la genética son asuntos con fama de obtusos?
-Ambas son las partes más abstractas de dos disciplinas científicas complejas. En el caso de la genética pasa un poco como ocurrió con la física atómica a mediados del siglo XX. El potencial de lo que descubrimos es enorme, tanto para mejorar nuestras condiciones de vida como para empeorarlas. Esto ha generado una corriente de fascinación y rechazo a partes iguales en la que se mezclan hechos reales con mucha fantasía popular. Hoy por hoy, en las películas, libros y cómics los superhéroes y los vampiros son consecuencia de mutaciones en genes, cuando hace 50 años eran el resultado de la energía atómica.
-Le han concedido un millón y medio de euros para investigar. ¿Le sobrará alguna monedilla?
-Aunque es mucho dinero, realmente el presupuesto está bastante ajustado. De hecho, la mayor parte está asignada a contratos. Contratar a un equipo de investigación por cinco años es muy caro. Además, la aproximación que vamos a tomar es bastante cara, y no hubiese sido posible sin financiación Europea. Así que no creo que me sobre mucho.
-¿Cuál es el hallazgo que buscan exactamente?
-Nuestra aportación real va a ser la de encontrar nuevos marcadores que puedan estar asociados al desarrollo temprano del cáncer, así como otras enfermedades de las denominadas "enfermedades raras". Actualmente está muy claro que el cáncer no es una enfermedad, sino que cada tumor es diferente. Por eso, es muy importante encontrar factores que puedan contribuir al desarrollo del tumor para mejorar la caracterización de cada cáncer y así ajustar el tratamiento. Eso es lo que intentamos hacer. Pero no quiero engañar a nadie, nuestra contribución, en los próximos cinco años, va a limitarse al estudio en laboratorio. Pasarán años antes de que cualquiera de nuestros descubrimientos pueda tener una aplicación clínica real, si es que alguna vez la tiene.
-¿Sabe con qué otros proyectos se tuvo que medir el suyo antes de conseguir la beca?
-Conozco algunos casos de investigadores con los que he coincidido, pero no sé los detalles concretos. Lo que sí conozco son los datos oficiales, que hablan de 4.080 solicitudes en todas las áreas para unos 400 proyectos en toda Europa. Eso supone una tasa de éxito del 10%, más o menos.
-¿Firmaría una iniciativa popular que buscara sustituir las estatuas de folclóricas por las de científicos?
-No me gustan las posiciones excluyentes. Quitar los bustos de folclóricas sería en parte negar nuestra identidad. Lo que sí me molesta en cambio es que sólo se nos conozca por eso y por los toros, y no por nuestros científicos y el arte contemporáneo, por poner dos ejemplos.
-¿Se echa a temblar cada vez que con un vaivén político peligran los presupuestos del I+D+i?
-Para los políticos españoles recortar el presupuesto de I+D+i es tentador, especialmente en tiempo de crisis. Ésa es una visión, en mi opinión, cortoplacista y miope, ya que en las sociedades modernas el conocimiento puede ser un gran motor económico. Por poner un ejemplo cercano, David Cameron ha efectuado grandes recortes desde que es primer ministro en el Reino Unido, sin embargo la partida de investigación se ha mantenido casi intacta.
-¿Qué le reporta mayor satisfacción, volcar sus conocimientos frente al microscopio o frente a sus alumnos?
-Trabajar con estudiantes es un gran placer pero nada supera ese momento Eureka delante del microscopio cuando compruebas que una idea tuya es cierta.
-¿Cómo podría detectar si llevo un genetista dentro?
-Pues tiene que querer saber por qué somos como somos. Qué hace que seamos gordos o flacos. Por qué algunos se quedan calvos. Por qué dos hermanos gemelos son tan parecidos y por qué son diferentes en algunas cosas. Si ese es el tipo de preguntas que te haces, la genética es para ti.
-Es usted de Umbrete. ¿Podría haber sido de Bilbao tan ricamente?
-En genética decimos que el fenotipo (lo que uno es) es la resultante de la interacción del genotipo (lo que nos dictan nuestros genes) con el ambiente. Así que si no me hubiese criado en Umbrete y conocido a la gente que he conocido no sería la misma persona. No sé si mejor o peor persona o mejor o peor científico, pero desde luego sería distinto.
