Sin homenajes y cada uno con su dolor. Se cumplió ayer un año del trágico incendio que costó la vida a los seis miembros de una familia del barrio de Las Moreras, en Écija, y del intento de linchamiento posterior a un grupo de bomberos. Casi nadie quiere hablar. Todo el mundo prefiere olvidar.
Los vecinos de la calle Haya, en la barriada de Las Moreras, quieren seguir su vida como si hace 12 meses, cinco de sus vecinos y un joven de 18 años de Lora del Río, amigo de una de las víctimas, no hubieran fallecido en el incendio en el número 14.
El barrio y sus vecinos saltaron trágicamente a la primera plana de todas las cadenas de televisión de ese día, el 20 de abril de 2008, porque murieron cinco miembros de la familia Romero Priego (Antonio y María Dolores, de 58 y 55 años, y sus hijos Jesús, de 25, María del Carmen, de 18, y José María, de 16, además de un amigo) al incendiarse su vivienda. Y también porque muchos vecinos trataron de linchar a los bomberos, a los que acusaron de llegar demasiado tarde.
Ha pasado un año y nadie quiere hablar. Hay ganas de olvidar, en Las Moreras. Los pocos que acceden a decir algo prefieren que no se les identifique. Y hablan poco.
"Todo aquí está perfectamente bien, como otra barriada normal y corriente", zanja un vecino, que inmediatamente matiza, con cierto fatalismo: "Con el dolor, como es normal, pero qué le vamos a hacer...".
"Todo está tranquilo, aquí no ha habido problema alguno, fue algo puntual, un acto de cólera y ya está", apunta otro, aludiendo a la respuesta de la multitud que se lanzó contra los bomberos. Las imágenes de ese "acto de cólera", como lo define, dieron la vuelta por toda España.
Quizá por esas imágenes de la multitud queriendo linchar a los bomberos, los periodistas no son bien recibidos en la calle Haya. Hay advertencias para que no se pregunte demasiado y, sobre todo, para que no se pretenda fotografiar la fachada de la vivienda siniestrada, que actualmente se encuentra vacía.
Esa vivienda será ocupada por uno de los dos supervivientes de la familia, los dos hermanos más mayores que no vivían allí. Los dos están independizados y viven en viviendas protegidas. Uno de ellos dejará su actual vivienda y ocupará ésta, que fue restaurada por la Junta de Andalucía, según algunos vecinos. "Eso es lo que tenemos oído, pero todavía no se la han entregado", aseguran.`
Hay ganas de olvidar en Las Moreras. Y también hay miedo. Por mucho que los vecinos digan que "todo está normal". Todos quieren echar tierra sobre el trágico suceso y ni siquiera consideran oportuno organizar homenaje alguno con motivo de la efeméride. En este sentido, los vecinos y amigos de los fallecidos han decidido no hacer homenajes póstumos por lo ocurrido. "Si todos los años removemos esto lo que hacemos es calentar, ¿me entiendes?", subraya otro vecino. "Reunirnos y guardar dos minutos de silencio es remover la cosa", añade. "Mejor dejarlo todo como está, cada uno recordando pero ya está", sentencia mientras se da la vuelta.
