El diestro jerezano Juan José Padilla ha sido operado esta tarde en el Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla para corregir una alteración en la posición (distoplia ocular) de la prótesis orbitaria que ocupa el lugar de su globo ocular izquierdo. El parte firmado por el cirujano máxilofacial Alberto García-Perla García señala que la intervención se ha realizado bajo anestesia general y con intubación orotraqueal para implantar una prótesis orbitaria para corrección de enoftalmos en el suelo de la órbita izquierda que se ha fijado con osteosíntesis de titanio. En el mismo proceso quirúrgico, señala el doctor García-Perla, se ha realizado una endoscopia de la trompa de Eustaquio izquierda con posterior dilatación de la misma y se han corregido pequeñas asimetrías faciales. El parte precisa que la intervención se ha realizado satisfactoriamente y ha transcurrido sin complicaciones. Está previsto que Padilla reciba el alta hospitalaria mañana, jueves 16 de enero. Se trata de la quinta operación que afronta Juan José Padilla. El pasado mes de octubre ingresó en los quirófanos del Viamed-Santa Ángela de la Cruz para corregir la disfunción del oído medio y mejorar la audición de su oído izquierdo. Antes, en julio de 2012, fue intervenido en el mismo oído con el objeto de rescatar audición y disminuir las molestias que arrastraba después de la cogida de Zaragoza. Pero en marzo del pasado año, Padilla ya se había sometido a una segunda operación para corregir la desviación de su mandíbula. En esa ocasión, el doctor Alberto García Perla le práctico una artroplastia de articulación temporo-mandibular izquierda y durante la intervención se retiró una miniplaca de osteosíntesis colocada en la intervención realizada de urgencias en octubre de 2011.
Pero la operación más trascendental practicada al torero de Jerez se realizó en el área de Traumatología del hospital Virgen del Rocío de Sevilla en noviembre de 2011. Tal y como señaló entonces el doctor García-Perla, se trataba de recuperar y reconstruir la integridad del nervio facial que fue seccionado de forma traumática y con una gran violencia en la plaza de toros de Zaragoza. En aquella compleja intervención se le injertó en el rostro un nervio extraído de la propia pierna del torero para recuperar la expresión y la movilidad del lado izquierdo del rostro, que quedó inicialmente desfigurado por la grave cornada que le entró por la base del cráneo saliendo por la cuenca del ojo izquierdo, que le tuvo que ser extirpado algunos meses después del percance.
