El torero, que llegó el jueves a la clínica asturiana acompañado de su mujer, fue sometido anoche a una intervención quirúrgica para eviscerar-o extirpar- el ojo izquierdo, que no ha podido recuperar la visión más de un año después del gravísimo percance que estuvo a punto de costarle la vida en Zaragoza. Los irreversibles daños en el nervio óptico y los fuertes dolores que sufría aconsejaron la eliminación del ojo, medida que el matador conoció antes de viajar a América para cumplir varios compromisos profesionales que ha saldado con un gran éxito.
Ésta no será la última operación que tendrá que afrontar el Ciclón de Jerez. Los médicos volverán a intervenirle para implantarle una ‘carilla' o prótesis que sustituya al ojo extirpado. Después volverá a pasar por el quirófano para operar el párpado izquierdo y lograr una caída similar al del ojo sano. En cualquier caso, a partir de ahora tendrá que usar siempre ese parche negro que ya ha convertido en una de sus señas de identidad para actuar en los ruedos y desempeñar cualquier actividad que lleve aparejada un gran ejercicio físico.
Los médicos han estimado un período de recuperación de al menos seis semanas aunque Juan José Padilla -afrontando las grandes molestias que ya le han advertido los facultativos- no quiere dejar pasar los próximos compromisos profesionales, que reanudaría en la feria venezolana de San Cristóbal a finales de enero.
El torero fue cogido el 7 de octubre de 2011 en la plaza de Zaragoza por un toro de Ana Romero que le alcanzó a la salida de un par de banderillas atravesándole el cráneo desde la parte inferior del oído hasta el ojo izquierdo. Desde entonces ha sido sometido a un complejo rosario de operaciones para recuperar la sensibilidad facial y la audición del oído izquierdo que le han permitido volver a los ruedos y situarse en los primeros puestos del escalafón durante la temporada 2012.
