Fueron de los últimos negativos que ordenó y clasificó de manera meticulosa. Un proyecto que le rondaba por la cabeza hacía años pero que no pudo ver la luz. Ahora su hija y amigos le dan forma en Paisanos, fotografías captadas por el objetivo de Atín Aya (Sevilla, 1955-Sevilla, 2007).
Si quiere ver la parte más humana, real, e interior de Andalucía, dé un paseo por el Centro Cultural Cajasol. Las miradas hablan por sí solas. Tres plantas componen este viaje por el fuero interno de Andalucía a través del objetivo de Aya. En la tercera planta se inicia este recorrido, que hacemos de la mano de María Aya, su hija, que comisaría la muestra junto a Diego Carrasco, amigo íntimo del fotógrafo.
A través de 41 fotografías, Paisanos trata de mostrarnos a la persona, el entorno y el ambiente cercano al fotógrafo. “Son personas vistas desde una mirada muy particular. Es gente más castiza, de una Andalucía más introspectiva”, cuenta María. Como era habitual en sus trabajos, los retratos predominan en esta serie, que viene marcada por los claroscuros. “Destaca la luz, la delicadeza y sobriedad en su tratamiento, teniendo en cuenta que es luz natural. En ese sentido era muy artesanal, no utilizaba grandes artilugios, era muy cuidadoso en la elección del escenario y el momento”, manifiesta su hija. En algunos, la iluminación adquiere cierto carácter pictórico.
Paisanos fue uno de los últimos proyectos en los que estaba inmerso el que fuera fotógrafo gráfico de ABC, Diario 16 Andalucía o Cambio 16, un trabajo que no han querido dejar en el cajón.
La mayoría de las fotografías son inéditas y hechas con cámara analógica. “Salió muy decepcionado de su experiencia digital”. María se detiene frente a Guarda y sus hermanos. Castellar de la Frontera, Cádiz. Septiembre 2002. “Es una de mis favoritas, las caras, el parecido, cómo está compuesta. Cada detalle es espectacular”. Fíjese en el calzado deportivo que luce la señora de la izquierda. “No tiene desperdicio”, añade fascinada.
Además, para la familia de Aya, esta instantánea tiene un significado emotivo. “Formó parte de un calendario de fotógrafos, y ésta fue la que ilustró el mes de septiembre de 2007”, fecha en la que, a la postre, falleció Atín.
Paseando entre Paisanos una señora, con ropas sucias y baldada nos mira, con dos flores en su mano. ¿Su nombre?: Concepción Martín. Linares de la Sierra, Huelva. Mayo 2000. “Tiene algo de onírico y surrealista”, explica María Aya, que destaca la cercanía que mostraba su padre hacia las personas fotografiadas y “cómo se ganaba a la gente, con respeto y dignidad”.
Junto a sus retratos, también se pueden contemplar sus libros Sevillanos, Marismas del Guadalquivir y la obra colectiva Andaluces. Para todo aquel que quiera llevarse a los Paisanos a su casa, el volumen que recoge la totalidad de la muestra está a la venta en Cajasol.
La primera planta supone el fin del recorrido por la mirada un fotógrafo que nunca se consideró artista. “Hemos colocado aquí las más representativas”, como la de su amigo Carli. Cortijo La Alharía en Sierra Bermeja. Genalguacil, Málaga. Marzo 2007, o la mirada cariñosa y honorable de Manuel López Feria, Puerta del Socorro. Niebla, Huelva. Marzo 2002, que despide la muestra.
Título: Paisanos Sala: Centro Cultural Cajasol. Dirección: C/ Arguijo s/n. Sevilla. Horario: De martes a sábados de 11.00 a 13.30 h. y de 18.00 a 21.00 h. Domingos y festivos de 11.00 a 13.30 h. Fecha: Hasta el 30 de enero.
