Los cimientos de Pakistán no dejan de tambalearse ante la cadena de atentados que ha sufrido el país este año, cerca de 700, en los que han perdido la vida al menos 400 personas, la mayoría civiles. El último ataque suicida ocurrió el viernes y se cobró la vida de 15 personas e hirió a otras 40.
Este atentado fue contra una asamblea tribal (jirga) en la demarcación paquistaní de Orakzai, cerca de la conflictiva frontera con Afganistán, según una fuente oficial. Además de los 25 muertos, otras 40 personas resultaron heridas en el atentado, perpetrado contra una jirga de la tribu Ali Khel que debatía sobre medidas contra la insurgencia talibán en la zona, aseguró la fuente a la agencia estatal APP.
Sin embargo, fuentes hospitalarias citadas por el canal privado Dawn elevaron a 50 el número de muertos y a 100 el de heridos, mientras que la cadena privada Geo TV situó en 31 las víctimas mortales, aunque no precisó sus fuentes.
Unas 500 personas habían acudido a la reunión cuando un suicida hizo estallar la carga explosiva que portaba en el área de Hadezai. Los heridos fueron trasladados a hospitales de la zona, una tarea dificultada por los disparos que se registraron tras el atentado, según testigos citados por Geo TV.
La asamblea sopesaba qué acciones tomar contra los integristas, después de que el jueves una milicia formada por tribus locales destruyera dos refugios de los islamistas en la zona, según APP.
Tanto el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, como el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, condenaron el ataque. Según un comunicado de su oficina, Guilani reiteró la determinación del Gobierno de luchar contra el terrorismo y el extremismo.
Ayer también resultaron heridas cinco personas en la región de Kohat, limítrofe con Orakzai, debido al lanzamiento de un misil que impactó contra un cine, según Geo. En el momento del ataque no había electricidad, por lo que los lugareños estaban fuera de la sala y el número de víctimas fue menor.
La demarcación de Orakzai es una de las siete Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA), que nunca han estado bajo control del Gobierno.
El Ejecutivo se reunió en varias ocasiones con los líderes tribales de estas regiones y los considera una pieza fundamental para traer la estabilidad al noroeste del país.
Orakzai es la única de las siete FATA que no limita con Afganistán y no acostumbra a ser escenario de atentados o combates entre los insurgentes y el Ejército. Diferente es la situación en otras zonas tribales, como Bajaur, al norte de Orakzai, donde el Ejército está llevando a cabo una ofensiva militar en la que desde hace dos meses calcula que ha acabado con la vida de un millar de integristas.
Las Fuerzas Armadas también están desarrollando operaciones en otros puntos del conflictivo noroeste paquistaní, como por ejemplo en el norteño valle de Swat, que era conocido como un importante destino turístico.
Los atentados, sin embargo, han continuado golpeando diferentes puntos de Pakistán en los últimos días. El jueves hubo dos ataques contra efectivos policiales en los que perecieron 10 personas, entre ellas tres niños.
