La retirada de Mahmud Abás de las próximas elecciones presidenciales y legislativas palestinas (24 de enero de 2010) ha vuelto a dejar sin un líder claro y fuerte a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), justo cuando hoy se cumplen cinco años del fallecimiento de su anterior y gran presidente, Yaser Arafat.
La renuncia de Abás responde también a "la falta de compromiso" con la causa del presidente de EEUU, Barack Obama, nueve meses después de llegar a la Casa Blanca, y a un proceso de paz enquistado desde hace seis décadas.
El proceso de creación de un Estado palestino continuará atascado si no recibe un "verdadero apoyo" tanto de EEUU como de la UE. Quién se expresa en estos términos es Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor del Departamento de Filologías Integradas de la Universidad de Alicante y experto en Oriente Próximo. La retirada de Abás hay que tomarla, continua el experto, como un ultimátum a Obama que sí podría tener vuelta atrás siempre que la respuesta de la comunidad internacional resulte favorable, de hecho y no de palabras, a la creación del Estado palestino. Así, resultaría determinante para la posición de la ANP un apoyo expreso de EEUU y la UE al plan Fayad, por el que habría un Estado palestino en el verano de 2011 aunque éste tenga que ser declarado de forma unilateral y no sea resultado de las negociaciones.
Los palestinos también necesitan más firmeza, tanto de Bruselas como de Washington, contra el presidente de Israel, Benajim Netanyahu, con quien es imposible un acuerdo aunque cara al público se muestre partidario de firmar la paz definitiva. "A pesar de que aparentemente la respalda, por detrás la está torpedeando", recuerda el experto en Oriente Próximo.
futuro líder. Respecto al futuro líder de la ANP, la propia organización debe debatir internamente si busca un nuevo presidente de la gerontocracia palestina -Abás tiene 74 años- o bien busca un perfil más joven y dinámico. En este segundo grupo destacan Maruan Bargut, quien concita mayor aprobación pero permanece encarcelado por Israel y Mohamed Dahlan, que cuenta con el respaldo de un puñado de incondicionales pero su fama de duro le descarta para un cargo desde el que se pretende el consenso. Tampoco hay que perder de vista, según explica el profesor Álvarez-Ossorio, a Mustafa Barghouthi, uno de los líderes de más renombre en Palestina; defensor del desarrollo de la sociedad civil palestina y de las bases de la democracia y un defensor directo de la reforma interna palestina.
Con este panorama en la facción nacionalista, el movimiento que se perfila como más beneficiado por el anuncio de Abás es el islamista (Hamás), que rechaza la negociación con Israel, no ha abandonado y prosigue la lucha armada y se niega a reconocer la existencia del Estado judío. Participe Hamás o no en las elecciones, de momento es que no porque no reconoce legitimidad de Abás para llamar a las urnas, un fortalecimiento del movimiento islamista dibujaría de nuevo un negro horizonte para el fin del conflicto.
