La candidata republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos, Sarah Palin, se ha lanzado al maratón electoral en Michigan, tras haber salido de la convención de su partido con la fuerza y la frescura de un Barack Obama.
En la campaña "sólo hay un hombre que ha luchado de verdad por vosotros en lugares donde la victoria significa sobrevivir y la derrota significa la muerte. Ese hombre es John McCain", dijo esta semana Palin a los fieles congregados en la pequeña ciudad de Cedarburg. Sus palabras hacían referencia a los cinco años y medio que el senador pasó como prisionero de guerra en Hanoi, una pesadilla relatada por McCain en su discurso del jueves en la convención.
Pero, en contra de lo habitual en las convenciones, la de McCain, el candidato presidencial, no fue la intervención más esperada de la reunión, sino que fue la de Palin, el miércoles. Su discurso la lanzó como una bala en la campaña y recordó, por su impacto, la alocución en la convención demócrata de 2004 de un senador estatal negro con nombre raro, Obama.
Aún así, Palin todavía tiene mucho que probar. Según una encuesta del canal de televisión ABC, sólo un 42% de los entrevistados creen que cuenta con suficiente experiencia para ser presidenta del país, si fuera necesario. La mitad de las personas manifestaron una opinión positiva de Palin, un porcentaje similar al de Joseph Biden, el candidato demócrata a la vicepresidencia.
