"Es la primera vez que concurso y no he estado más nervioso en mi vida", dice el sevillano Alfonso Benigno, finalista desde ayer del concurso Mejor Cocinero Novel del Año, organizado por Andalucía Sabor. Un certamen que por octavo año consecutivo se alza como un crisol donde se forja la industria alimentaria del futuro. El sevillano, de 23 años, se confiesa "un autodidacta amante de la creatividad". Asegura sentirse orgulloso de poder estar en la final de septiembre, "aunque no esperaba pasar", dice este joven ayudante de cocina del Hotel Sevilla Center.
Seis andaluces son los que han luchado esta vez por demostrar que la juventud no quita el saber hacer. Por el camino de Ferran Adrià o Sergi Arola van los participantes de la primera semifinal del concurso. Pero esto no ha terminado. Antes de la final, otros cocineros andaluces se verán expuestos al criterio del jurado en dos semifinales más, que tendrán lugar en Málaga y Córdoba, los próximos 8 y 15 de junio. Junto a la carne, el pescado y la fruta, ingredientes obligatorios, los nervios eran los grandes pinches de cocina. Y no es para menos. "Llegar a la Escuela de Hostelería Gambrinus de Sevilla -donde se celebró ayer la primera semifinal del concurso- y cocinar con un tiempo límite de dos horas no es fácil", afirma David Fernández, un malagueño de tan sólo 20 años que sin embargo ya empieza a ser un experto en recetas.
Los participantes se han presentado con mucha escuela, pero sin guión escrito. "Hemos llegado y nos han dicho los ingredientes", cuenta Jonathan Rivera, uno de los cocineros. Pese a ser noveles, "los platos tienen un nivel muy alto", afirma Juan Martín, presidente del jurado.
En Andalucía se come bien. Eso no es ningún secreto, el secreto está en las manos de los cocineros que, entre fogones, sellan y gratinan, los productos cien por cien andaluces, poniendo a la cocina andaluza a la vanguardia en el panorama culinario mundial.
