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Para ponerlo en las sillas

Cuando era chico, nuestros esforzados educadores levantaban el espíritu nacional de España dándonos moral con los inventos españoles, y no podían salir otros que la fregona y el submarino- aunque esto último no es compartido allén de la piel de toro-...

el 16 sep 2009 / 01:39 h.

Cuando era chico, nuestros esforzados educadores levantaban el espíritu nacional de España dándonos moral con los inventos españoles, y no podían salir otros que la fregona y el submarino- aunque esto último no es compartido allén de la piel de toro-; más recientemente el caramelo con palo, es decir, el chupachup. De todas las recetas prescritas para salir de la crisis en la que dicen que estamos, predominan las que conceden que para el futuro, que es lo que viene después del presente, será la educación y las nuevas tecnologías las que nos harán menos vulnerables y más felices, se supone. También lo repite estos días el nuevo presidente Griñán. Trato de animarme y la verdad que lo consigo echando un vistazo a nuestro país, Andalucía, lo que es y lo que era: hoy en la pole de todos los grandes avances científicos. Sin embargo, me ha llamado la atención, un dato que he conocido estos días.

Resulta que el Estado español sólo aporta el 0,7% de las patentes del mundo, muy por debajo de EEUU (32,7) y Francia (4,2); y lo más llamativo, algunas tienen que ver con las cosas del culo: supositorios, nieve artificial para su aseo y mejoras en los consoladores que, en principio, están destinados a su proximidad pero que, en estos tiempos, nadie me discutiría su uso alternativo.

Más de un filósofo ha concedido más importancia al mencionado que al cerebro, reclamando para el primero y a sus atenciones incluso el verdadero sentido de la felicidad. Sin embargo, el chiste fácil es afirmar que los inventos españoles van de culo. Orificio y sus acolchadas nalgas que han sido fuente de inspiración para nuestros clásicos, si no repasen, que merece la pena, a Quevedo y sus Venturas y desventuras del ojo del culo o el acervo popular de las sevillanas. Cela presumía de sus habilidades anales y alguna exhibió en el Senado. Por eso, cuando el gran debate cívico va de sillas, de enea o chinas, y de seguridad, de eso hablamos: de qué hacemos con el culo..

Licenciado en Derecho y Antropología

aroca.javier@gmail.com

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