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Paralizada la ciudad de la tercera edad por falta de dinero

La ciudad de la tercera edad de Carmona corre peligro por falta de dinero. La cooperativa Jardín de la Merced, encargada del geriátrico Terra Magna, declaró suspensión de pagos cuando las obras enfilaban la recta final.

el 15 sep 2009 / 16:14 h.

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La ciudad de la tercera edad de Carmona corre peligro por falta de dinero. La cooperativa Jardín de la Merced, encargada del geriátrico Terra Magna, declaró suspensión de pagos cuando las obras enfilaban la recta final. El Ayuntamiento de Carmona mostró su ayer preocupación por la situación de un complejo destinado a 500 mayores.

La cooperativa solicitó la declaración de suspensión de pagos después de verse incapaz de afrontar las inversiones previstas para culminar las obras de un complejo cuyo presupuesto ascendía a 45 millones de euros. Y es que la crisis del sector de la construcción afecta a todos por igual, incluso a los responsables de la cooperativa, obligados a paralizar las obras del mayor geriátrico de la comunidad autónoma por impagos a la constructora y cuando ésta se encontraba en la fase final de ejecución. Es más, la inauguración estaba prevista para finales de este año. Se aplazará hasta que encuentren nuevas fuentes de financiación.

Desde el Ayuntamiento de Carmona mostraron su preocupación por el anuncio, sobre todo por lo que pueda afectar a acreedores y profesionales de la propia ciudad. En este sentido, el Ayuntamiento de Carmona había firmado un convenio con la empresa por el cual la mayoría de los 200 puestos de trabajo previstos, tanto directos como indirectos, serían ocupados por vecinos de la ciudad y por aquellos participantes en cursos organizados por el Centro Municipal de Formación Integral.

Terra Magna se había proyectado sobre una parcela de algo más de 75 hectáreas y requería una inversión cercana a los 45 millones de euros. Las instalaciones están pensadas para albergar 316 habitaciones distribuidas en un edificio central de tres plantas, que contarán también con un área de aparcamientos y trasteros, y en cuatro módulos de 10 viviendas adosadas en una sola planta.

El complejo tendrá una capacidad cercana a las 500 personas que en régimen de cooperativa adquirirán las viviendas y apartamentos. Según los datos aportados por la empresa el día del acto de colocación de la primera piedra, en junio de 2006, los precios de estas viviendas oscilarían entre los 100.000 y los 200.000 euros.

Los residentes iban a disfrutar, según estaba previsto en el proyecto, de equipamientos médicos y sanitarios, que darían servicio a todo el complejo, así como diversas áreas de recreo e instalaciones deportivas, comedores, piscina y talleres de animación. Estos servicios se completarían con otros, tales como salones de belleza, centros de manicura y masajes, peluquería, saunas y hasta un albergue para animales.

La ciudad de la tercera edad, cuyo diseño se asemeja a los recintos que ya funcionan en otros países europeos, tenía sobre los planos la idea de crear un sistema de microclima para todos los rincones de la urbanización. Para ello, se dotaría al recinto de una gran masa forestal, además de ajardinar las cubiertas del edificio central que se quedaran en planta baja y crear dos grandes láminas de agua, una en la piscina y otra en el campo de golf.

De igual modo, los edificios se habían ideado también para que funcionaran de manera bioclimática e inteligente. Eso permitiría la creación de un clima agradable con un sistema muy parecido al que se llegó a emplear en la Exposición Universal de 1992 en Sevilla. Todas estas expectativas están de momento en el aire en un panorama de crisis generalizado del que nadie se libra.

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