Local

Parches para ‘salvar’la campaña

Las llamadas a una tregua chocan con el pulso interno y la falta de estructura.

el 13 feb 2012 / 23:07 h.

TAGS:

Cuando está a punto de concluir el plazo, el PSOE no tiene ratificado a su representante en la Junta Electoral; su comité de campaña presidido por José Antonio Viera, Enrique Cousinou, Enrique Abad y Juan Espadas y que empezó a trabajar tras las Navidades está completamente desmontado; el comité de estrategias, con nombres como Alfonso Rodríguez Gómez de Celis o José Caballos, ha quedado invalidado y las agrupaciones de las zonas que los estudios internos del PSOE provincial consideraban claves para obtener la victoria en las autonómicas están rotas y enfrentadas a la dirección regional de los socialistas. El pulso orgánico ha dejado descabezado y desmovilizado a un partido que de momento sólo se mantiene en pie por las llamadas, más o menos tímidas, a la responsabilidad y la unidad ante el próximo 25 de marzo.

Tras el terremoto del pasado domingo, el Federal tenía ayer la difícil misión de evitar que las réplicas fueran incluso más graves y que las consecuencias fueran más lejos que la dimisión del secretario provincial. En la composición de la gestora, lo ha conseguido. Incluso antes de que se formalizara el acuerdo, representantes de ambos sectores subrayaban que la única solución era encontrar un perfil de consenso, crear un órgano muy reducido y que el reparto fuera equilibrado, sin que, por primera vez en todo este proceso, una parte quedara por encima de la otra. Pese a esto, cada sector quiso imponer sus nombres en la negociación, Juan Espadas y Antonio Pradas, por parte de los afines a Susana Díaz; Francisco Toscano, Antonio Gutiérrez Limones o José Rodríguez de la Borbolla por parte del sector que se aglutinaba en torno a Viera. El resultado contentó a ambas partes. Por la figura de Manuel Gracia y por el reparto de puestos: los dos miembros de Sevilla de la ejecutiva federal, Javier Fernández y María José Fernández.

Pero el verdadero escollo estaba en una lista que aunque encabece José Antonio Griñán, medio partido no reconoce y ni siquiera ha votado. La solución dada, dar la razón casi por completo al sector afín a Susana Díaz, validar lo ocurrido el domingo, incluso en contra del criterio de la presidenta del comité de ética y garantías, Carmen Hermosín, tiene unas consecuencias aún imprevisibles y que no se mostrarán hasta que hoy se reúna la comisión de listas y el miércoles el comité director. "¿Nadie la ha impugnado, no? Pues será que integra", repiten desde el entorno de Susana Díaz. Pocos confiaban en una modificación sustancial de la candidatura que hubiera desautorizado a Griñán hasta dejarlo en un punto de no retorno. Pero se apuntaba al menos a un gesto. Un cambio de números. El 3 y el 7 para el sector afín a Rubalcaba -Caballos y Celis- y el 5 y el 9 para el afín a Susana Díaz -José Muñoz y Carmelo Gómez-. No será así. Tampoco se volverá al punto en el que se rompió la negociación en el que los puestos 10 y 11 eran para afines a Viera, entre ellos Ramón Díaz. El Regional no hizo concesiones y el Federal avaló por completo a la dirección autonómica con dos mensajes públicos contundentes que vuelven a dar una salida al candidato a la presidencia de la Junta : "Aquí no hay rubalcabistas", y "las listas son competencia del Regional". Incluso en Madrid se volvió a plantear el mismo escenario que el pasado domingo: "Si todo va bien, el 9 entra a la primera, si no, pues entrará después". Esto es, cuando salga Griñán.

A partir de aquí, ¿qué puede ocurrir ahora? Son muchas las llamadas a la responsabilidad y al orden especialmente desde Ferraz, más que preocupada por el espectáculo de la provincia. "Ahora, a trabajar. Como sea, pero a trabajar", apuntan miembros de la ejecutiva dimitida, del entorno de Viera y de los afines a Susana Díaz. Incluso a Viera se le escuchó ayer ponerse a disposición del partido para trabajar ante el 25-M: "Nos pondremos manos a la obra para demostrar que el PSOE tiene un proyecto para Andalucía. El que se sienta socialista debe estar a dar la campaña con el corazón".

Pero esta vez no habrá el habitual cierre de filas que deja a un lado las heridas. El partido está roto, y como mucho habrá una leve tregua. Puede que ni eso. El 26-M empieza otro escenario, el que realmente estaba en juego el domingo y ayer en Madrid; en la gestora y en las listas. El escenario de un congreso regional y otro provincial, en el que unos y otros se siguen dando por mayoría. Y, lo cierto, es que una cosa es la ejecutiva, y otra un congreso con un reparto de delegados según las agrupaciones. El pulso, cuanto menos, está igualado.

  • 1