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Parece que está escampando

El presidente del Gobierno recibió ayer por la tarde al líder del PP a pie de automóvil, y cuando ambos subieron los escalones del Palacio de la Moncloa, Zapatero miró al cielo y le dijo a Rajoy: Mariano, parece que está escampando.

el 15 sep 2009 / 16:47 h.

El presidente del Gobierno recibió ayer por la tarde al líder del PP a pie de automóvil, y cuando ambos subieron los escalones del Palacio de la Moncloa, Zapatero miró al cielo y le dijo a Rajoy: Mariano, parece que está escampando. Seguramente el jefe del Ejecutivo se refería a la apacible tarde que se había quedado en Madrid, pero quienes pudieron adivinar lo que decía o leerle los labios en televisión entendieron que la inocua expresión iba más allá, porque efectivamente después de la gran tormenta empezaba a reinar la calma.

La reunión de ayer entre los representantes de los dos grandes partidos nacionales estaba rodeada de una expectación muy singular. Era como si desde fuera del recinto oficial toda la gente estuviera empujando para que llegaran a acuerdos en materia económica. Lo venían diciendo las encuestas (el 85 por 100 de los españoles es partidario de un gran consenso frente a la crisis) y parecieron subrayarlo los dos protagonistas. Rajoy dijo que apoyará las medidas adoptadas por el Gobierno siempre que se extreme el control de los recursos públicos que se van a poner en juego.

Con las naturales reservas que cabe imaginar en todo diálogo de estas características, la impresión de que el encuentro ha sido útil prevalecía anoche sobre cualquier otra opinión negativa. Y prueba de ello es que desde las ondas episcopales se lanzaba a los cuatro vientos que Rajoy se había entregado con armas y bagajes al Gobierno. Esto indica que la reunión fue constructiva para los intereses generales. Un aroma de entendimiento parecía desprenderse al final de la cita

Lógicas resultan por demás las exigencias de controles que plantea el PP e incluso la petición de que el Gobierno retire unos Presupuestos redactados antes de la eclosión de la crisis. Como está lleno de sentido el hecho de que la Oposición reclame negociar los términos de las medidas propuestas por Rodríguez Zapatero para que puedan gozar de una mayoría parlamentaria raramente vista en la Carrera de San Jerónimo: esa total unanimidad que la sociedad española anhela ante la excepcionalidad del momento.

Conforta, y mucho, comprobar que cuando estaban cayendo chuzos de punta los máximos responsables de las formaciones políticas mayoritarias en España, han sido sensibles y saben escuchar la voz de la calle. Una voz que estaba pidiendo a gritos acuerdos, pactos, entendimiento y comprensión. Queda ahora por delante una ímproba tarea cuyo resultado práctico no se nos alcanza. La tarea de escanciar sobre la economía española unas cantidades bimillonarias en pesetas imposible de calcular mentalmente y que han de llegar como agua de mayo a las familias y a las pequeñas y medianas empresas. No otra cosa debe procurar tan gigantesco esfuerzo. Y es que si de verdad está amainando el temporal, como ayer señalaba el presidente del Gobierno mirando al cielo velezqueño desde las puertas de la Moncloa, que de una vez escampe para todos y no solamente sobre los balances bancarios.

Periodista

gimenezaleman@gmail.com

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