La alta velocidad siempre corre a cargo del Ministerio de Fomento pero en Andalucía se da una excepción. La Junta de Andalucía es la única administración autonómica que prevé partidas para el AVE, en concreto para la conexión entre Antequera (Málaga) y la capital hispalense.
Culminados los cinco tramos entre Marchena y Pedrera, la Consejería de Obras Públicas se comprometió ayer a mantener el ritmo de ejecución en los que en estos momentos están en marcha (todos en la provincia de Málaga). Sí sufrirán retrasos las obras de la alta velocidad con presupuesto autonómico y todavía pendientes de arrancar. La conexión por AVE entre la estación de Santa Justa y el aeropuerto de Sevilla, además del Club de Campo, así como el túnel de Los Alcores (entre Carmona y El Viso del Alcor) se retrasarán seis meses, según la consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar.
Ésta también anunció que estas actuaciones serán objeto de trabajo de una comisión específica que se reunirá entre su consejería y el Ministerio de Fomento a partir de septiembre. Es al Gobierno de la Nación al que le corresponde el resto del trazado del eje ferroviario transversal entre Antequera y Granada.
La unión temporal de empresas (UTE) formada por Comsa, Detea, Noriega y OHL ganó el concurso público para realizar uno de los proyectos más deseados por las constructoras -concurrieron más de un centenar- porque en plena crisis garantiza el trabajo durante tres años: el túnel de casi 11 kilómetros entre Santa Justa y el aeropuerto, dotado con 241,63 millones de euros. La consejera había asegurado que los trabajos empezarían en el primer trimestre de 2010 y que durarían 38 meses. Sin embargo, tal y como adelantó este periódico, ayer se conoció que al menos tendrá que esperar otros seis meses la primera piedra.
Paradójicamente, la consejera había presentado este proyecto, así como el túnel de Los Alcores (que con seis kilómetros se adjudicó en la misma fecha a Azvi-Ferrovial), como fuente de empleo, incidiendo en que las dos obras generarían más de 2.500 puestos de trabajo al año, así como una inversión que venía a ser una tabla de salvación para algunas constructoras.
