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Cultura

Paseo flamenco por Extremadura

Hotel Triana. Noche de Extremadura. Primera parte: Presente y futuro. Cante: Miguel de Tena, Esther Merino, Pedro Peralta, Raquel Cantero, Pedro Cintas. Guitarras: Francis Pinto, Perico de Paula, Juan Manuel, Joaquín Muñino. Baile: La Parreña. Segunda parte: De tangos y jaleos. Cante: La Kaíta, Alejandro Vega, Domingo Rodríguez El Madalena, Paulo Molina. Baile: Antonio Silva El Peregrino. Guitarras: Miguel Vargas, Juan Vargas, El Nene, David Silva. Cajón: Quico. Calificación: ***.

el 26 sep 2010 / 20:34 h.

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El pellizco arrebatador con que nos prendió El Peregrino con su baile libertario y estremecedor me obliga a empezar por el final. Este bailaor de cuerpo menudo es ciencia y esencia de los gitanos extremeños, con solo levantarse de la silla rapta toda nuestra atención y es que en él habita ese duende invisible que todos quisiéramos conocer.

Bailó como él baila. Anárquico, instintivo, de frenético zapateado y vigorosos quiebros en esa estructura corporal que parece que se va a romper en cualquiera de las vueltas ¡ole y ole!.

Y el escenario se llenó de artistas. ¡Ojú, cuánta gente!. La primera parte -en memoria de los estilos personales- las voces jóvenes y diferenciadas de los cantaores y de las cantaoras actuales que ha dado esa tierra fértil en artistas flamencos. No se trata de imitar a los creadores de esos estilos, pues cada cual los ejecuta sin impostaciones, con sus propios registros vocales. Aquí no se trata de engañar a nadie, sino de dar lo mejor de cada uno. Con Miguel de Tena disfrutamos de los Fandangos de Porrina, que cuadran perfectamente en su potente y laína voz. Pedro Cintas, con los sentidos fandangos del Niño de Fregenal aunque sonó un tanto frío. Pedro Peralta que nos regaló la grandiosa taranta de Pepe el Molinero. Esther Merino, con la rotundidad de su garganta, los Fandangos de Pérez de Guzmán. Y Raquel Cantero interpretó deliciosamente las increíbles colombianas de Pepe el Molinero. ¡Ahí es na lo que echaron por la boca! Todo ello adobado con el acompañamiento de cuatro guitarras de las que sobresalieron las ejecuciones de Francis Pinto y Perico de Paula. Para culminar la perfección de la cuadratura flamenca, el baile de Carmen La Parreña, estampa torera de rosa y oro, con su chaquetilla ceñida y su camisa blanca, pintó la estética visual de los tangos con el acompañamiento de estas cinco voces de lujo.

Un descansito y paso a la segunda parte. La tradición, el rito-fiesta de los gitanos extremeños por tangos y jaleos. Bonita estampa con las guitarras presidiendo el escenario y los cantaores a los lados. Brilló en su intervención la guitarra de Miguel Vargas con sus picados y floreados perfectistas para los tangos y jaleos, mientras disfrutábamos del cante desgarrado de La Kaíta, gitana visceral donde las haya, el roce sonoro de Alejandro Vega, la sobriedad de El Madalena y el ímpetu de Paulo Molina. Cuatro artistas de profundo sentimiento para el baile de El Peregrino que esperaba en su silla para sorprendernos en cualquier momento ¡Y vaya si lo hizo!. No había más tiempo y la ronda de tangos que debía rematar con el baile no dejó lugar a que todos los artistas se lucieran. Lástima, porque la cosa ya se había puesto a pedir de boca.

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