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Pasiones dañinas

La telenovela es posiblemente uno de los géneros televisivos más denostados por su baja calidad y la simpleza de sus argumentos. Destinado estrictamente a las mujeres, en algunos países iberoamericanos se ha utilizado...

el 15 sep 2009 / 19:54 h.

La telenovela es posiblemente uno de los géneros televisivos más denostados por su baja calidad y la simpleza de sus argumentos. Destinado estrictamente a las mujeres, en algunos países iberoamericanos se ha utilizado su capacidad de penetración entre los sectores de la población con mayores niveles de pobreza y analfabetismo para sensibilizar y reforzar las políticas públicas en relación con problemas como el sida, la educación infantil, el control de la natalidad, la identidad sexual o los derechos de las minorías.

En España, los culebrones tienen también un gran éxito de audiencia, no sólo entre la población femenina sino que se han convertido en el género televisivo más seguido por los menores de edad, según releva el Informe general sobre infancia y televisión 2008 del Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA). Aquí están también en el punto de mira por la imagen que, en general, ofrecen de las mujeres.

Este organismo ha recibido y resuelto varias quejas relacionadas con las dos últimas telenovelas emitidas por Canal Sur: Acorralada y su sustituta desde abril en la sobremesa, Ángel Rebelde. Ambas tienen el corte típico de los folletines producidos al otro lado del Atlántico: un sinfín de episodios diarios de fácil seguimiento con tramas truculentas centradas en la pasión, el sexo, el amor y las clases sociales.

El Consejo Audiovisual de Andalucía analizó cinco de los 127 capítulos de Ángel Rebelde. Pueden parecer pocos, pero se encontraron sobrados argumentos para respaldar la decisión de instar a la Radio Televisión Pública de Andalucía a que retire esta telenovela de la franja horaria infantil al considerar que los mensajes y valores que transmite socavan el enorme esfuerzo que se está realizando en este país para erradicar la violencia de género.

Casi 30.000 niños y niñas andaluces siguen como media una telenovela donde la mujer aparece como constante objeto sexual y donde los celos -siempre comprensibles- y el amor desmedido justifican la violencia que se ejerce sobre ellas. Por favor, mi amor, entiéndeme, siento miedo, miedo de perderte a ti y a mi hijita, explica uno de los personajes que intenta agredir a su mujer. Te juro que acabo contigo, qué caro me vas a pagar tu desprecio, si por casualidad llego a descubrir que tienes otros a mis espaldas te juro que te mato?Hombres que exigen a sus mujeres que abandonen sus empleos porque para eso ya ganan ellos un buen sueldo, acosos sexuales, comportamientos sexistas, estereotipos y arquetipos tanto femeninos como masculinos absolutamente trasnochados?Estos son algunos de los mensajes y valores que nuestros menores de edad aprenden cada día en telenovelas del corte y factura de Ángel rebelde.

La violencia de género es un referente argumental, un recurso que se emplea de manera banal y acrítica con la única finalidad de entretener. La visión superficial que se ofrece, capítulo a capítulo, de un problema tan grave bien podría considerarse una apología del sexismo y la violencia hacia las mujeres.

Sin duda, estos folletines emitidos en horarios televisivos infantiles son accesorios prescindibles de la programación que sólo confunden, complican y entorpecen la ardua tarea que tenemos de asegurar la igualdad de género y erradicar la violencia hacia las mujeres.

El Consejo no pretende que culebrones como Ángel rebelde desaparezcan de la televisión. Sólo considera que no deben emitirse en horario de protección infantil, clasificándose como no recomendables para menores de 18 años en atención a la temática conflictiva y a los comportamientos sociales que muestran. De momento, la RTVA mantiene esta telenovela en la sobremesa. Sólo ha retirado de su página web la sipnosis donde para explicar a los personajes se decía que Natacha, por amor al trabajo, ha descuidado a su familia o que Cristal es tan sucia que hasta con su cuñado se acuesta.

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