Es más que una persona, es todo un debate sobre el modelo de la CEOE, y hay tres alternativas: un profesional de la causa, como lo fuera José María Cuevas -ya fallecido-, un empresario, como lo es Gerardo Díaz Ferrán, o un florero que ni pinche ni corte, pero hombre de consenso que sólo represente y, sobre todo, figure en la foto. Patrones distintos según en patrón que corte.
El presidente de la CEA, Santiago Herrero, revelará mañana, en la junta directiva de la CEOE que se reunirá en Madrid, si presenta candidatura a las elecciones anticipadas a la presidencia de la patronal española. Aunque guarda con gran celo la decisión, en su entorno más cercano dan por seguro que sí, que dará la batalla, a pesar de que los vientos parecen ir en su contra, a tenor de las bendiciones públicas recibidas por el favorito, Joan Rosell, de la organización catalana Fomento del Trabajo.
Herrero, de hecho, recibió el apoyo del empresariado andaluz para que opte al sillón que deja vacante Díaz Ferrán, sillón que podría compatibilizar con el que actualmente ocupa en la CEA ya que, según rezan los estatutos de ésta, no hay incompatibilidad entre uno y otro.
Empresarios muy vinculados al patrón regional estiman que ese respaldo expreso es aval más que suficiente para que inicie la carrera electoral, y que por tanto no es tiempo para buscar alianzas con otros candidatos, como Rosell -que ya ha sugerido al andaluz que se una a él-.
Pero en el ánimo de Santiago Herrero pesa también llevar de nuevo a la mesa de la CEOE, como ya lo hiciera cuando, en el año 2007, perdió las elecciones contra Díaz Ferrán, "un debate" sobre el modelo de gobernanza para la cúpula española.
Así, quiere trasladar a la confederación empresarial el modo de hacer de la CEA, sustentado sobre un presidente profesional -él es abogado-, con amplia experiencia -fue pieza clave en el nacimiento de la organización andaluza- y dedicado por completo a la CEOE -como él, que aunque es accionista de varias empresas, no lleva el día a día de ninguna de ellas-.
En suma, sería la antítesis de Díaz Ferrán, cuyos problemas empresariales (Air Comet, Marsans, aseguradora Mercurio, etcétera) han terminado minando la imagen -y credibilidad- de la CEOE por mucho que, en los primeros momentos, ésta y el propio Santiago Herrero, trataran de mostrar a la sociedad española que hasta el mismísimo patrón de los patrones tiene que afrontar las consecuencias de la crisis como tantos miles y miles de empresarios del país.
El propio Herrero ha señalado públicamente que "el tiempo me ha dado la razón" sobre el debate que en su día planteara. No es lo mismo bregar tan sólo con la CEOE que hacerlo a la par con las empresas de uno. Tiempo dedicado al interés particular, tiempo restado al general.
El candidato Rosell llega con un punto débil, su ligazón catalanista. Dice tener amarrados relevantes apoyos, y he aquí que el andaluz ha pedido imparcialidad a quienes todavía están en la dirección de la CEOE. El tercero en liza, Jesús Banegas (patronal tecnológica). Dos empresarios con empresas, y Herrero por su cuenta.
Pero hay mucho más. El presidente de la CEA quiere que la CEOE alcance en el Gobierno de España la influencia que en Andalucía ejerce su patronal sobre las políticas del Gobierno regional, es decir, un auténtico lobby avalado por los acuerdos de concertación social, que han engrandecido a la propia CEA. Ésa será su carta de presentación, resultados y, por supuesto, influencia.
