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Cultura

Patti Smith pone en pie a Mallorca

Aparece en escena y es muy complicado no fijarse en la melena grisácea de Patti Smith, una artista que a sus 61 años ha conseguido levantar al público que asistió al Teatro Principal de Palma de Mallorca.

el 15 sep 2009 / 01:22 h.

Aparece en escena y es muy complicado no fijarse en la melena grisácea de Patti Smith, una artista que a sus 61 años ha conseguido levantar de su cómodo asiento al público que el viernes por la noche asistió al Teatro Principal de Palma de Mallorca. "Que bonitas vuestras sillitas éstas de terciopelo", ironizó poco después de comenzar el concierto.

El primer tema comenzó puntualmente a las 22:30 horas con los recién llegados buscando su asiento en la oscuridad de un teatro que congregó a más de 800 personas. El público cumplió con las espectativas de mezclar a los viejos rockeros que escuchaban a Patti en su juventud con los jóvenes que han ido descubriendo su música a través de los discos compactos. Como la música, el escenario fue decorado de manera muy sencilla: diferentes instrumentos sobre un fondo que cambiaba de color en función de la intensidad de las canciones. Y nada más, salvo los músicos.

A medida que sonaba el repertorio, los congregados comprendieron que se trataba de la misma a la que apodaron "madrina del punk", como cuando ha interpretado Dancing barefoot de su disco Wave o la conocida canción que compuso junto a Bruce Springsteen Because the night, durante la cual los primeros incondicionales no pudieron resistirse a bailar lo que sus "sillitas de terciopelo" les permitían. No faltaron los temas de su nuevo disco de versiones Twelve, que vino a presentar al Teatro Principal de Palma.

Las canciones escogidas fueron Helpless, del artista canadiense Neil Young, y la reinterpretación country del Smells like teen spirit, de Nirvana, al final de la cual la artista empezó a gritar que "¡muchos os habéis ido!" pero "¡yo os he visto!", un homenaje a su adorado Kurt Cobain a quien, sin embargo, nunca llegó a conocer.

Además de cantar y tocar la guitarra, Patti no dejó de bailar, saltar, posar ante las cámaras o, incluso, gatear al ritmo que su música le manda y se ha movido por el escenario, y por la platea, con absoluta comodidad y confianza.

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