Lorente abogó por "la construcción de la convivencia" como mejor medio para eliminar la violencia de género, un trabajo del que deben emanar "políticas activas en las que no se confunda la igualdad con lo igualitario". En lo que a la atención de víctimas se refiere, consideró clave la coordinación que permita hacer un seguimiento a los casos y que "además del castigo para los agresores se persiga la recuperación social y personal de las agredidas".
En este sentido, habló de la transversalidad necesaria y de "la importancia de todas y cada una de las acciones y de los agentes que intervienen en la atención, quienes no tienen que mostrar sensibilidad sino profesionalidad".
En este manual frente al maltrato que desgranó Lorente no se olvidó de los nuevos peligros que acechan a la igualdad entre hombres y mujeres. Así, puso el acento en el posmachismo, una corriente que suele lanzar un mensaje pegadizo en términos de igualdad que, en cambio, no plantea alternativa sino sólo crítica futura que se encarga de "exaltar los valores tradiciones y crear falsos mitos como el de las denuncias falsas". En un tono muy duro, consideró que estos mensajes buscan llamar la atención y cuantificar las agresiones en lugar de en su condena. "Se llega a la cosificación de la mujer, paso previo que crea caldo de cultivo para que se den casos de violencia de género", remarcó.
La conferencia formó parte de las actividades organizadas por el área de Igualdad para conmemorar el 25 de noviembre, Día Contra la Violencia de Género.
