Cultura

Peeping Tom vuelve al Central con su trilogía sobre la familia

El Central acoge desde ayer y hasta el próximo sábado 8 de marzo la trilogía sobre las relaciones familiares de la prestigiosa compañía de danza Peeping Tom. Los belgas ya representaron con éxito Le salon en el teatro sevillano en 2006.

el 15 sep 2009 / 01:07 h.

El Central acoge desde ayer y hasta el próximo sábado 8 de marzo la trilogía sobre las relaciones familiares de la prestigiosa compañía de danza Peeping Tom. Los belgas ya representaron con éxito Le salon en el teatro sevillano en 2006 y ahora vuelven con las tres aclamadas piezas en las que danza, teatro y cine se funden en el escenario.

Cuentan los componentes de la compañía Peeping Tom que cuando concibieron Le jardin, su intención no era realizar una trilogía. Sin embargo, el proyecto superó las expectativas y con Le salon cobró forma convirtiéndose en una de las propuestas más arriesgadas y bellas de la danza europea.

Según Gabriela Carrizo, miembro del grupo, "la cotidianidad de lo que contamos en los tres montajes, el paso del tiempo, las relaciones de los integrantes de una familia o sus miedos ha hecho que el público se vea reflejado en cada pieza".

En Le jardin, Peeping Tom se centra en la llegada de una pareja a los 40 y en la rutina diaria de sus vidas, mientras que Le salon, los belgas fijan su mirada en el acecho de la vejez, en la pérdida de la memoria y la aceptación de la muerte. La parte final, Le sous sol, es la reunión de todos los miembros de la familia, incluso los que están muertos y enterrados.

En estas piezas, la danza de una mujer de 80 años se medirá con la de una niña de seis: "Los diferentes cuerpos y edades nos muestran cómo evoluciona el movimiento de los cuerpos, se llega a otro nivel de comunicación, a otro discurso", afirma Carrizo.

Es así como cada uno de los montajes supone un paso más en el desarrollo de las habilidades de los bailarines y en la búsqueda de lo emocional y lo bello, no sólo a través de la danza, sino a través de una narración estructura y con un único sentido. De hecho, la crítica sitúa a Peeping Tom entre la danza y el teatro de movimiento, ya que pese a la fusión de recursos en el escenario, la compañía realiza un profundo desarrollo del baile más físico centrado en la técnica.

"Realmente quien asista a las funciones no irá al teatro a ver cosas agradables. En la narración de Le jardin, Le salon y Le sous sol se ve la realidad de nuestros días: el paso del tiempo, la soledad, el aislamiento, la pérdida de la inocencia o la vejez señala Franck Chartier, uno de los creadores de las coreografías.

La trilogía completa. El sábado, los sevillanos tendrán la oportunidad de ver las tres piezas seguidas. Cinco horas de danza y teatro en una puesta en escena sin precedentes en el Teatro Central.

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