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Pegada, fondo físico y Rubén

El Betis no jugó nada bien en Vigo y Pepe Mel tuvo que redibujar su once a lo largo del encuentro. Los cambios le salieron bien y la recompensa, un punto más.

el 07 nov 2010 / 20:56 h.

Así empezó y así acabó el Betis en Balaídos.
Minuto 41. El Celta, ya con ventaja en el marcador, coge la pelota y empieza a toquetearla y toquetearla como si jugase contra once muñecos de futbolín. De la zaga al pivote, de un pivote a otro pivote, del centro a la banda, de una banda a la otra, de ahí al delantero, de vuelta a los centrocampistas... Los futbolistas del Betis, en un ejercicio de apatía inconcebible que haría estremecerse a Pepe Mel, ni corren ni presionan ni dan muestras de tener sangre en las venas. Y así durante dos minutos y medio de reloj. En realidad, durante 70 de los 96 minutos que duró el encuentro ante el adversario más poderoso al que se ha enfrentado el Betis.

Tan mal rindió su equipo hasta el descanso que Mel hizo dos cambios y reconfiguró el dibujo. Salva Sevilla se mudó al centro, donde de verdad es peligroso, aunque la derecha siempre fue propiedad exclusiva de Miguel Lopes; Israel generó la profundidad que no encontró Momo y Jorge Molina hizo que Emana y Rubén Castro no se sintieran tan solísimos. No jugó mucho mejor el Betis, pero Rubén marcó su gol, como siempre, y el equipo de Mel pasó por encima de su enemigo en los últimos minutos, también como siempre. La pegada y el fondo físico, de momento, compensan otras carencias del líder de Segunda.

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