Aquiles es un boxer grandote y con cara triste. Rex es un pastor alemán todavía más grande. Ambos tienen una historia común nada alegre. Su dueño no les daba de comer ni mucho menos los bañaba. Hasta que un día quiso deshacerse de ellos de una forma muy cruel: los ató al coche y los arrastró por una carretera esperando que murieran. No murieron. Pero Rex sufre graves secuelas. Ha perdido la mitad de la trufa de su hocico y, pese a su intimidante tamaño, se acurruca asustado en el fondo de su perrera cuando se acerca demasiado algún ser humano que visita el refugio de Aprenda.
Y es que eso es lo que Rex y Aquiles han encontrado en la Asociación Protectora Ecijana de Animales (Aprenda). Un refugio a salvo de personas sin escrúpulos. Un lugar para escapar de la calle y donde esperar a encontrar una nueva casa y un nuevo dueño que les cuide.
"A la persona que quiso matar a estos dos perros la denunciamos y está pendiente de juicio, que saldrá pronto", dice Victoria Rodríguez Orlandi, una de las caras visibles de Aprenda, una protectora de animales que ahora peligra porque el nuevo gobierno local del PP les ha retirado las ayudas que venían recibiendo del Ayuntamiento para hacer frente a parte de sus gastos.
En Aprenda llevan desde 2004 recogiendo animales de la calle. Maltratados como Rex y Aquiles, o abandonados como Ojitos, tirado a la calle por sus dueños. Aprenda es un una protectora, no una perrera. "No nos hacemos cargo de perros que la gente quiere abandonar", dice Victoria Rodríguez. Sin embargo, la gente los abandona en su refugio. "Nos han llegado a tirar un cocker de seis meses por encima de la valla, y a otro le abrieron una herida detrás de la cabeza para sacarle el microchip y que no pudiéramos identificar a quién lo abandonó", reprocha Rodríguez, que casi se conoce el nombre y la historia de los 220 perros que protege Aprenda.
Ahora, esas 220 historias corren peligro de no tener un final feliz ni un lugar de acogida. Si pierden la ayuda del Ayuntamiento -ya han dejado de pagarles- no podrán pagar los 1.000 euros del alquiler del terreno donde viven y juegan los perros. "Sólo pedimos que nos paguen eso", reclama Victoria, "y ya nos buscaremos nosotros la vida para pagar la atención sanitaria y la comida". "¿Quién le ha dicho al PP que nos están ayudando?", preguntan en Aprenda. "Nosotros somos los que les ayudamos haciendo un servicio que están obligados a hacer: la recogida y control de animales abandonados", señalan. "Han llegado a decir que no existíamos", acusa Victoria. El PP, curiosamente, es socio de Aprenda desde el 30 de septiembre de 2005, con una cuota trimestral de 18 euros, según la orden de domiciliación bancaria firmada por el ahora alcalde ecijano, Ricardo Gil-Toresano (PP).
El argumento de Aprenda es simple: por ley, Écija debe tener un servicio de recogida de animales y ellos cumplen ese cometido. Pero necesitan colaboración. Durante su corta trayectoria, la protectora ha tenido el auxilio del Ayuntamiento. Hasta ahora. El PP invoca esa misma necesidad legal para argumentar que es preciso tener una perrera "y no que una asociación sin ánimo de lucro se encargue del control animal", señala la portavoz del PP, Silvia Heredia, quien reconoce que el Gobierno popular ha dejado de colaborar económicamente con la protectora.