Llegaron muy cansados. Algunos de los marineros del Playa de Bakio estaban "reventados" después de aguantar una semana de secuestro y de navegar otros tres días hasta un puerto seguro en las Seychelles, en el Índico. Desde allí volaron a Galicia y al País Vasco, unas tierras que pensaron "no volverían a ver".
Los tripulantes gallegos del atunero, que fue secuestrado en el cuerno de África por piratas somalíes, llegaron ayer al mediodía al aeropuerto de Peinador, en Vigo, cansados pero aliviados de poder ver a sus familias tras la dura experiencia vivida: "Pensamos que no volveríamos a ver esta tierra", dijo uno de ellos. Los ocho marineros, todos ellos vecinos de municipios del sur de Galicia, aterrizaron en Vigo después de que a primera hora de la mañana llegasen a Torrejón, en Madrid.
Tras abrazar a sus familias, el contramaestre del atunero, Ángel Fernández, relató los momentos más duros de la experiencia: cuando fueron asaltados mientras cenaban y al final, antes de la liberación, momento en que fueron echados a tierra y amenazados con "cepillarnos a todos" si se levantaban antes de 10 minutos, por lo que pensaron que nunca volverían a ver Galicia. El marinero aseguró que los tripulantes del pesquero "venimos de una presión muy fuerte, llevamos siete u ocho días muy mal", y ahora lo importante es estar con la familia.
Sobre el cautiverio, el contramaestre relató que el asalto se produjo cuando se encontraban cenando. "No nos dieron opción a nada", dijo, y explicó que los piratas aparecieron con un lanzagranadas que reventó todos los aparatos del pesquero.
"Nos ametrallaron con [fusiles] kalashnikovs", y "a partir de ahí fuimos rehenes, no tuvimos opción a nada", reiteró el tripulante, que destacó que estuvieron totalmente incomunicados y estaban tan vigilados que tan sólo les concedían un minuto para ir al baño. Confirmó que los piratas hacían a todos los tripulantes constantemente el gesto de cortarles el cuello "para todo cuando te pedían una cosa y te negabas", como retrasar la entrega de un teléfono móvil cuando los secuestradores se lo exigían. "Era sí o sí", manifestó.
El marinero, que dijo que en todo este tiempo no había dormido más de 10 horas, aseguró que en ningún momento les faltó comida y que la vida consistió en ir "del camarote al comedor y del comedor al camarote".
País Vasco. Por su parte, los cinco marineros vascos del Playa de Bakio se limitaron, a su llegada al aeropuerto de Bilbao, a agradecer el recibimiento que tuvieron y el trabajo realizado por los Gobiernos central y el vasco para conseguir su liberación. En una breve intervención, sin preguntas de los periodistas, el tripulante Gotzon Clemos dio "muchísimas gracias" por el recibimiento y destacó que el Gobierno central y el vasco "se han portado divinamente" con ellos.
Los 13 tripulantes españoles del barco llegaron a primera hora de la mañana a la base militar de Torrejón de Ardoz, donde fueron recibidos por la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, así como el armador del buque. Los 13 africanos del atunero vasco se han quedado en las Seychelles, desde donde partirán hacia sus respectivos países de origen en vuelos costeados por la empresa.
