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Pepe Mel ya piensa en llevar al equipo por Europa

El Ayuntamiento informó de que más de 100 mil personas participaron el domingo en los actos de celebración del ascenso del Real Betis que se desarrollaron con normalidad y sin que se registraran incidentes destacables.

el 15 may 2011 / 23:09 h.

El Betis de Primera aprovechó el día después del ascenso para aceptar la invitación del Ayuntamiento de Sevilla y acudir a la Plaza Nueva para ser recibido por el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín. La visita institucional deparó dos noticias. La primera, que los béticos no se cansan de celebrar el retorno a la categoría que nunca debieron abandonar: varios centenares de aficionados , miles en realidad, sortearon las casetas de la Feria del Libro y se apiñaron a la puerta del edificio consistorial para honrar a sus héroes. Y la segunda, que Pepe Mel aterriza en Primera con prudencia pero también con ambición, hasta el punto de que volver a jugar las competiciones europeas entra en sus planes "en un futuro inmediato".


El entrenador del Betis se plantó con ese discurso momentos después de que hubiesen intervenido el alcalde y el presidente, Rafael Gordillo. "No hay más que vernos las caras, no sabe usted [a Monteseirín] la ilusión que nos hacía a todos estar aquí en la casa de todos los sevillanos. Nuestro compromiso con Sevilla es llevar los valores de esta ciudad a toda España, y nos comprometemos en un futuro cercano a llevarlos por Europa", dijo Mel, que luego repitió esas palabras en el balcón, delante de los béticos congregados en la Plaza Nueva.

Antes de la salutación al beticismo se produjeron los otros discursos institucionales. El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, recordó dos frases de la víspera. La primera, de Mel: "Lo que nos ha tocado vivir no es normal. Nada ha sido normal. Sin entrar en detalles, a las dificultades que siempre tiene conseguir el ascenso, salir de la Segunda División, se han unido una serie de problemas ajenos a lo deportivo que sin duda no han sido normales. Por eso la importancia, más allá de la gesta deportiva, que tiene este ascenso. No es normal tener tres presidentes ni tres consejos ni una administración judicial", dijo en primer lugar. La otra frase era de Gordillo: "Ojalá nunca tengamos que celebrar un ascenso, el mejor resumen de lo que hoy estamos celebrando. El Betis vuelve a donde siempre ha tenido que estar", destacó.Monteseirín también recalcó que "el Betis necesita tanto a la ciudad como la ciudad al Betis", ya que ambos son "de Primera".

Y para acabar, el alcalde deseó que este ascenso sea "el principio de una nueva época y, si puede ser, de una nueva edad de oro del Betis" a partir de "la sensatez, la honradez y sin soberbia", para lo que puso como ejemplo a Gordillo y Mel. "Habéis hecho felices a mucha gente", sentenció.Gordillo, aún cansado por la maratón de festejos desde que se conoció el ascenso matemático del equipo, fue mucho menos locuaz pero igual o más expresivo. "Dios quiera que no se baje más y que no tengamos que celebrar ningún ascenso. Que en próximos años, aunque no sé si vamos a estar alguno, lo que vengamos a celebrar sea algún título del Real Betis Balompié".

Euforia en el balcón. Después de los discursos llegó la hora de salir al balcón para dar las gracias a los muchísimos béticos allí reunidos. Está claro que una celebración del Betis sin la Plaza Nueva no es posible, por mucha Feria del Libro que haya. Los discursos encorsetados dejaron su sitio a la distensión y los futbolistas se lo pasaron en grande. Los futbolistas y Mel, que como el verano pasado asumió el papel de presentador oficioso y fue dando la palabra a varios protagonistas. Por ejemplo, Emana. "Aquí tenéis al negrito del Betis: ¡Achille!", proclamó el míster. "Muchas gracias por estar aquí", respondió el camerunés, interrumpido entonces por la masa: "Achille quédate, Achille quédate", le gritaron. "Muchas gracias a todos, espero que vamos a acabar este año muy bien y empezar el nuevo todos juntos. Gracias", acertó a añadir el futbolista. Y luego, Iriney. "¡Me voy a tirar...!", amenazó el hispanobrasileño, obviamente en broma. "Es una alegría teneros aquí porque celebramos algo muy importante y bonito. Toda la ciudad, toda España y todo el mundo creía que debíamos estar aquí, en Primera. ¡Viva el Betis!", lanzó el centrocampista, sin cuya aportación habría sido impensable el ascenso verdiblanco.

Desde el balcón del Ayuntamiento también habló el capitán, Arzu, de nuevo con aroma a adiós tras una vida entera en el club. "Muchas gracias por recibir al equipo como lo habéis hecho. Estamos muy orgullosos de vosotros, para mí es un motivo de orgullo ser capitán de este equipo. Os tengo un cariño enorme. ¡Viva el Betis!", proclamó. El acto duró poco, media hora. Gordillo casi estuvo más tiempo firmando autógrafos después, cuando bajó a la calle. El Betis se marchó luego a la hacienda Molino de Maestre, en Dos Hermanas, para cenar, y concluyó la fiesta en la sala Boss, en la calle, cómo no, Betis.

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