Cultura

Pepe Quero dispara sus versos

"Hay gente que se va a mosquear conmigo por lo que he escrito", reconoce el actor Pepe Quero. Lo sabía antes de publicar el libro, pero decidió no quitar una coma. 'Tengo un amigo que no tiene amigos' es el primer poenario, canalla y contestario, de este gran bufón del escenario. Foto: Antonio Acedo.

el 15 sep 2009 / 04:31 h.

"Hay gente que se va a mosquear conmigo por lo que he escrito", reconoce el actor Pepe Quero. Lo sabía antes de publicar el libro, pero decidió no quitar una coma. 'Tengo un amigo que no tiene amigos' (Cangrejo pistolero ediciones) es el primer poenario, canalla y contestario, de este gran bufón del escenario.

"Cada vez que el gobierno apoya una guerra deseo fervientemente limpiarme el culo con el DNI", reza una de las quererías de Pepe Quero. El actor, para su debut lírico, ha escogido la prosa breve y el verso libre, formatos concisos que le han permitido ser "claro, borde y nada políticamente correcto". No podía ser de otra forma viniendo del líder de Los Ulen, esa compañía teatral que lleva más de dos décadas emborrachando los teatros con sus descargas de ácido sulfúrico.

"Yo quiero escribir como un clásico", dice en tono espléndido el autor. "Por eso he intentado decir lo máximo con lo mínimo, yo no me dedico a llenar páginas, no vivo de esto, y así he podido permitirme escribir lo que me ha dado la gana". "En el libro hablo mucho de mí, de mi infancia y de cómo veo las cosas", asegura. Por eso, 'Tengo un amigo...' es una descarga "contra la injusticia y contra la mentira de esta sociedad capitalista".

Sin embargo, contra lo que cabía esperar, el francotirador Quero no esparce mucha metralla contra la Sevilla folclorica y de barniz clásico: "Las ciudades son joyas, no puedo meterme con ellas, quienes me molestan son los ciudadanos estúpidos que las contaminan", reflexiona. "Lo malo de Sevilla son muchos de sus sevillanos y lo peor de Málaga es que está llena de boquerones, por lo demás, yo soy muy urbano, me gusta vivir el asfalto y ver a los viejos leer el periódico, al campo sólo se va para cultivar las alergias", opina.

Aunque el libro que con tanto orgullo lleva bajo el brazo es apenas un retoño recién nacido, los microrelatos y los poemas de Pepe Quero ya han sido comparados por algunos con los exabruptos de Charles Bukowski y con los efluvios en tinta de Joaquín Sabina. "No me importa que me comparen con gente a la que admiro", dice zanjando el asunto.

Más que los citados, al emergente poeta le gusta hablar de Lorca, Cernuda, Ángel González, Alberti o el cómico Gila. "Me interesa el verbo rotundo, y no es que toda esa gente me haya influído, pero sí que han contado cosas tan bellas que reconozco que me han hecho un hombre más hondo", asegura.

Con el libro en las bibliotecas, Pepe Quero podría transformarse y hacer emerger a un tipo más serio "menos payaso". Pero no será el caso. "A mí me huelen los pies a escenario, y ya tengo pensado cómo hacer de 'Tengo un amigo que no tiene amigos' un espectáculo", adelanta. "Paco Tous -compañero de Los Ulen- me llamó el otro día y me dijo que mis poemas no se leen, se escuchan". Ésa fue la clave para que sus versos, escritos entre viajes y camerinos, estén ya en fase de mutación.

"Vamos a presentar en Palma del Río un montaje con los poemas, y planteo hacer en Sevilla y en Madrid dos presentaciones en la que buenos amigos míos, entre ellos, Juan Diego, Antonio Dechent, Cuca Escribano o Alberto San Juan, se suban al escenario para que me ayuden a transmitir al público estas reflexiones en voz alta". Pelando la cebolla de un libro con muchas capas, Pepe Quero se cuadra la americana y sugiere la última confidencia: "Detrás de lo que digo hay mucha miga, este libro tiene un poso de tristeza y de nostalgia muy grande".

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